Luis Olarra: "La minoría dirigente vasca colaboró con el centralismo"

En el proceso que se inició tras la guerra civil frente a las regiones españolas «no solamente intervino el poder central, sinoque también lo hizo la minoría dirigente que controlaba económica y políticamente las provincias vascongadas», dijo anoche Luis Olarra, empresario, senador por designación real, durante la conferencia que pronunció en el Club Siglo XXI sobre el tema «Aspectos políticos, económicos y sociales del País Vasco».«Acabada la guerra civil -dijo-, el modelo económico, político y social que se adoptó en España llevó el centralismo hasta sus últimas consecuencias, con una filosofía nacionalista en la que, so pretexto de ensalzar los valores españoles, se actuó como en un rulo compresor sobre la rica temética y variedad regionales. Posiblemente el País Vasco fue el más afectado por esta política, ya que tanto su lengua como sus costumbres y peculiaridades fueron objeto de múltiples cortapisas.»

«ETA nació en el año 1955 -dijo más adelante- y fue la expresión material del resentimiento de las clases medias afines a la ideología macionalista vasca que habían perdido la guerra civil y que sentían sobre sí toda la fuerza y el poder del Estado centralizador. La idea prendió con verdadera fuerza en muchas ciudades y aldeas del País Vasco como un sentimiento emocional de liberación.»

«La crisis de la energía -aseguró más adelante-, que ha dejado tan profundas huellas a escala internacional, ha descubierto, en el caso del País Vasco, que ciertos sectores como el siderúrgico, la construcción naval, los bienes de equipo, etcétera, encierran graves defectos estructurales que hay que corregir. El País Vasco no ha estado ausente del paternalismo financiero y del proteccionismo arancelario y extraarancelario que ha imperado en España en los últimos cuarenta años, sobre todo para las industrias básicas, y ello ha repercutido naturalmente en que sus estructuras productivas no adquieran el nivel de eficacia y competitividad que fuera de desear. Pero toda verdad exagerada es, a la postre, falsa, y lo es, por tanto, la tesis de decadencia del País Vasco.»