Especializar la crítica de cine

La comparación entre la crítica de libros y la crítica de cine es algo de tal envergadura que debería ser estudiado a fondo y con rigor por las personas que tienen a su cargo los medios de comunicación social.Por lo pronto, un crítico literario no descendería jamás (ni el director lo permitiría) a redactar críticas de libros de géneros mediocres. El crítico de libros, por otra parte, es un señor especializado; nunca un crítico de una novela policíaca se metería con una obra de filosofía, ni un especialista en poesía hablaría de un tratado de química. Piénsese que todo ello son obras escritas...

Sin embargo, un crítico de cine nos habla lo mismo de un Bergman, que de La guerra de las galaxias, de un documental sobre el diario Bild que sobre «Fritz el gato». ¡Ahí está el absurdo!

Mientras las obras de arte (los filmes que las sean) no sean tratadas por los críticos de «arte» y las obras »comercialistas» no vayan a las manos de críticos adecuados, no se acabará con este estado de cosas.

Mientras la crítica de cine no se especialice (aunque sea caro para la prensa) y cada sección o cada crítico hable de su género, pero sólo de los buenos especímenes de éste, no saldremos del marasmo, de la desinformación, del confusionismo...

Se recurre, normalmente, a la comparación entre las críticas literarias y cinematográficas; si por un momento se comparase la crítica cinematográfica con la crítica de la plástica (pintura, v. g.) veríamos que no hallaríamos ni un solo crítico de arte que tomara en consideración una exposición de cuadros del tendero-de-la-esquina.

Pues, bien; existe una gran cantidad de críticos en nuestra prensa que nos hablan del filme del-tendero-de-la-esquina, por la sola y única razón de que se ha visto su obra en una exposición... Perdón, en una sala cinematográfica.

Presidente del Cine-Club .