La anunciada reestrucción de la enseñanza preescolares preocupa a los educadores
Existe gran inquietud y preocupación en los medios relacionados con el mundo de la enseñanza preescolar con respecto al alcance que pudiera tener la reestructuración que el Ministerio de Educación y Ciencia ha anunciado que va a realizar en este nivel de enseñanza y en la General Básica.
Pedagogos y psicólogos temen que la coordinación entre estos dos niveles vaya a realizarse sobre la base de planteamientos más políticos o económicos que educativos.En opinión de estos expertos, sería extremadamente peligrosa una ampliación indiscriminada de la EGB. Cuando no está suficientemente clara la conveniencia de que el niño comience su educación primaria a los seis años, se señala el daño irreparable que podría derivarse de una iniciación a los cinco.
De hecho, son muchos los maestros que piensan que la propia concepción de los edificios escolares destinados a EGB desaconsejan su utilización para esas unidades aisladas de preescolar que funcionan en algunos casos en los colegios nacionales. Ni sus aulas y patios de recreo son convenientes para los niños de cuatro y cinco años, ni parece tampoco muy aconsejable tener a estos alumnos sometidos, en la práctica, al mismo horario y disciplina académica que la de los alumnos mayores.
Pero si la inconveniencia de una medida semejante se ve con bastante claridad por lo que respecta al problema del espacio físico, de las instalaciones escolares, es mucho más rotundo el rechazo que desde la perspectiva psicológica podría hacerse a una desmembración formal del actual preescolar.
La coherencia del sistema preescolar
Es lógico pensar que una reestructuración semejante se haría siempre señalando para el nuevo primer curso de esa hipotética EGB renovada unos contenidos y objetivos acordes teóricamente con el grado de evolución psicológica del niño de cinco años; pero el problema reside, en todo caso, en que con estas medidas se puede poner en peligro muy seriamente la coherencia de todo el sistema preescolar.
«Existe un Organismo Internacional de Educación Preescolar, la OMEP, que está comprometido precisamente en este campo de manera responsable y radical, teniendo conciencia plena de que su misión es el bienestar del niño y su felicidad hasta los siete años», afirma Javier Baonza, vocal nacional de Enseñanza Preescolar de la Federación Nacional de Enseñanza no Estatal; y añade que, «ni los niños ni las familias se realizarán plenamente si se reduce el campo de la actuación educativa de quienes se ocupan de este nivel de enseñanza de una forma tan absurda e incongruente».
Los especialistas en la materia señalan que, dado que el nivel de madurez psicológica del niño sobre el que supuestamente se asienta la necesidad de que éste abandone la preescolar entre los cinco y los seis años, se produce más bien entre los seis y los siete, en realidad, esa reestructuración de la EGB que se pretende debería realizarse justamente en sentido contrario, es decir, ampliando el campo de la enseñanza preescolar hasta los seis años cumplidos.
En cualquier caso, quienes legislen en esta materia deberían tener mucho más en cuenta los criterios de la evolución psicológica del niño.
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