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El pluralismo y la libertad religiosa han transfonnado las relaciones Iglesia-Estado

Las relaciones Iglesia-Estado, valoradas desde la perspectiva de los cambios sociales habidos en los últimos tiempos y desde la nueva teología político-católica, fue el tema monográfico estudiado en las III Jornadas de Estudio de la Universidad de Comillas, cuya clausura se celebró ayer. Nueve ponencias, a cargo de reconocidos especialistas en la materia, los profesores José Luis Santos, Matías García, Teodoro Jiménez Urresti, Alfonso Alvarez Bolado, Luis Vela, Antonio Truyol, Luis Sánchez Agesta, Carlos Corral y José Giménez y Martínez de Carvajal, abordaron el estudio de las mutaciones surgidas últimamente en el ámbito de los dos principales actores de estas relaciones, es decir, la Iglesia misma y el Estado.

Las causas de la mutación, procedentes tanto del campo eclesial como del político, fueron ampliamente analizadas. Desde la eclesiología se puso de manifiesto que tras el Concilio Vaticano II se valoran más que antes los aspectos económico, escatológico, histórico y misionero de la Iglesia. A este respecto, se insistió en que en la relación de la Iglesia con la comunidad política se observa la aparición de una nueva metodología de estudio y de acción, que tiende a subrayar la valoración de la comunidad y del individuo frente al puro esquema tradicional de relaciones interorgánicas entre Iglesia y Estado. Dentro de esta actitud se explicó la creciente conciencia surgida en el seno de la Iglesia de que su función esencial frente a la comunidad social y política es fundamentalmente magisterial, a través de la vía de la persuasión, y no por fuerza jurídica, cuando se refiere a los propios creyentes.Desde la perspectiva política, entre los factores que más han influido en la transformación de las relaciones Iglesia-Estado se destacaron el carácter pluralista de la sociedad actual, la crisis de la soberanía del Estado, la paulatina organización del mundo en organizaciones internacionales y el lento, pero ascendente afianzamiento de la persona humana con su haz de derechos y deberes fundamentales.

Entre los ponentes hubo unanimidad en subrayar la necesidad de integrar las distintas perspectivas que confluyen en la transformación de las relaciones Iglesia-Estado, aunque no se minimizó su dificultad. Sin embargo coincidieron en que las bases para esta integración ya existen, aunque no en forma definitiva. En cuanto a los sujetos de esas nuevas relaciones Iglesia-Estado se puso de manifiesto que, junto a la Iglesia universal, surgen con fuerza las demás Iglesias, así corno las comunidades religiosas. Del lado del Estado han surgido sus regiones, cantones o länder y, sobre todo, las organizaciones y comunidades internacionales.

En cuanto a los principios, se resaltó que ha habido un asentamiento del principio de libertad religiosa como principio fundamental de las relaciones de la Iglesia con la comunidad política, así como el nacimiento de unas relaciones distintas que exceden de las puramente jurídicas e institucionales, en su mayor parte protagonizadas por el laicado.

Las nuevas relaciones Iglesia-Estado fueron abordadas, muy especialmente, desde las perspectivas de la libertad religiosa y desde la nueva teología político-católica.

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