Comunistas y democristianos italianos insisten en sus puntos de partida

Los comunistas italianos insisten en pedir un Gobierno de emergencia y la Democracia Cristiana (DC) sigue cerrándoles la puerta a cal y canto. El secretario del Partido Comunista, Enrico Berlinguer, lo pidió ayer taxativamente en la apertura de una reunión del Comité Central de su partido, que concluirá mañana.La Democracia Cristiana informó nuevamente de su posición al primer ministro encargado de formar Gobierno, Giulio Andreotti, quien ayer tarde concluyó su ronda exploratoria conversando con los radicales y los democristianos. Hoy se entrevista con los sindicatos.

La insistencia de Berlinguer en un Gobierno de emergencia no suena, sin embargo, a ultimátum. Los comunistas no quieren anticipar las elecciones. «Tenemos el deber -dijo Berlinguer- de poner obstáculos, por todos los medios, a los impulsos existentes en la Democracia Cristiana a jug ar la carta electoral». Para ello esperan de la DC una propuesta que no sea negativa y contradictoria como hasta ahora. Con su actitud de absoluta cerrazón -ha dicho Berlinguer- la DC empuja objetivamente a la disolución del Parlamento y al choque electoral.

Otra idea fundamental de la política comunista es que el partido no ha abandonado su política unitaria, su estrategia de «compromiso histórico» con la DC. Berlinguer ha dicho claramente que su partido no ha pensado nunca en una mayoría laica, de izquierda, relegando la DC a la oposición, pero ha avanzado la hipótesis de que la DC no se oponga a un Gobierno formado por los partidos que han pedido un cambio político de alianzas (socialistas, republicanos y socialdemócratas) y se abstenga en el Parlamento.

No es posible saber como reaccionará la DC a esta hipótesis, acaso más teórica que práctica. Tendrá que consultar su directiva, grupos parlamentarios, consejo nacional del partido. Que la Democracia Cristiana lentamente desistirá de su rígida posición de partida es opinión común. Se habla, a este respecto, de una «media alternativa» a base de un Gobierno con técnicos del agrado de la izquierda, programa concertado con un documento presentado en el Parlamento en dos fases: el Partido Comunista votaría a favor del programa concertado, superando así la fórmula de la «no-desconfianza». Al votar propiamente la confianza al Gobierno, los comunistas se abstendrían.