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Los pilotos, culpables de un accidente aéreo en Madeira

Según los primeros resultados de la investigación del accidente del Supercaravelle de la compañía charter suiza Sata, que costó la vida a 35 pasajeros y a una auxiliar de vuelo,el 18 de diciembre de 1977 en la isla de Madeira (Portugal), éste se debió a un error «en el comportamiento de la tripulación». Esta explicación es, sin embargo, parcial hasta que -como dice el documento- no se reúna una información más amplia.

La investigación ha estado a cargo de una comisión especial, integrada por representantes de la aviación civil portuguesa y de la oficina federal suiza de investigación de accidentes aéreos.

En el informe se señala que «la tripulación no advirtió que el avión se acercaba peligrosamente a la superficie del mar antes del aterrizaje».

La aeronave estaba comandada por dos capitanes. Uno de ellos no había anteriormente aterrizado nunca en el aeropuerto de Funchal y debía, en el curso de ese vuelo, familiarizarse con las características del aeropuerto. El aterrizaje en Funchal -añade el documento- presenta algunas dificultades para los pilotos no habituados a ese aeropuerto, y el manual oficial de información aeronáutica portuguesa estipula que sólo los pilotos que hayan efectuado aterrizajes de día en Madeira están autorizados para hacerlo por la noche, como ocurrió el día del accidente.

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