Andreotti busca una nueva fórmula de gobierno para Italia
Tras dieciocho meses en el poder, el primer ministro italiano, Giulio Andreotti, presentó ayer su dimisión y la de todos los miembros del Gabinete. En las próximas horas, Andreotti será encargado de formar nuevo Gobierno, probablemente sin participación comunista, rechazada por los sectores más significativos de la Democracia Cristiana, que obtuvo la mayoría relativa en las elecciones generales de junio de 1976.
La dimisión de Andreotti se produjo después de seis semanas de presiones de los partidos Comunista, Socialista y Republicano, que entre otras cosas han reclamado varios Ministerios en un Gobierno de «emergencia» o de «salvación nacional». La exigencia ha vuelto a reactivar las expectativas en torno de un «compromiso, histórico» con el PCI de Enrico Berlinguer. La oposición democristiana a ese «compromiso» ha inducido a esos partidos a retirarle su «no desconfianza» a Andreotti. Estados Unidos hizo además la semana pasada una advertencia formal contra la entrada del PCI en el Gobierno italiano.Si los comunistas, socialistas y republicanos mantienen ahora su exigencia de «participación» Andreotti puede encontrar dificultades graves para constituir el nuevo Gobierno. Así, el presidente de la República, Giovanni Leone, podría verse obligado a convocar elecciones generales anticipadas, lo que también puede, presentar problemas constitucionales, puesto que este año deben realizarse los comicios para elegir nuevo presidente de la República.
Se confía, sin embargo, en que Andreotti conseguirá llevar a cabo su tarea. Ayer se barajaba en Roma la perspectiva de un nuevo Gobierno monocolor democristiano, al que se incorporarían técnicos independientes de izquierda. Ese Gabinete podría incluir también representantes del Partido Republicano y Socialdemócrata, y se beneficiaría, como el anterior, de la abstención comunista y socialista. Sin embargo, el PCI y el PSI seguían objetando ayer el principio de la abstención, que podría transformarse en un voto de confianza si los técnicos independientes satisfacen plenamente los deseos, de ambos partidos. No se descarta tampoco la posibilidad de un Gobierno democristiano con participación socialista y apoyo externo del PCI, con un voto no determinante en el Parlamento.
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