"Si reconociéramos al País Vasco como Estado independiente sería el fin de Europa"

La descentralización en el seno de la Comunidad Económica Europea, deseable a corto plazo y al máximo grado, es incompatible con la creación de nuevos Estados independientes, en opinión del político holandés Sicco Mansholt, padre de la Europa verde y una de las personalidades políticas más influyentes de la CEE y la Internacional Socialista. «Si reconociéramos a Escocia o al País Vasco como Estados independientes -puntualizó- sería el fin de Europa.»

El señor Mansholt participó ayer tarde en San Sebastián en una mesa redonda sobre «la Europa de las regiones», celebrada en la sede de EUTG (Estudios Universitarios y Técnicos de Guipúzcoa), junto con Xabier Arzallus (PNV), Enrique Múgica (PSOE) y Joaquín Molins (Centre Catalá). Más de un centenar de empresarios se interesaron particularmente por la inexistencia, hoy, de una solidaridad a escala europea y la manera en que se puede llevar a cabo esa institucionalización regional de Europa.En este proyecto debe jugar un papel importante la Europa de las regiones, como escalón intermedio entre el ciudadano y las instituciones políticas superiores. En definitiva, se trata de que todos los ciudadanos participen de una u otra manera en las responsabilidades del poder. El modelo alemán, con una estructura federal interna, sería para el señor Mansholt el ejemplo a seguir, pese a que también en este caso se da una excesiva concentración del poder en Bonn. El ejemplo opuesto es, evidentemente, Francia, causante en gran parte de que no haya avanzado el proyecto de unidad europea.

El señor Mansholt cree que un Parlamento europeo con verdadera capacidad legislativa es el único mecanismo que hará posible a corto plazo esa Europa de las regiones. En ese marco se podrán resolver las actuales divisiones existentes en algunas nacionalidades fronterizas, que están a caballo de dos Estados, como el caso vasco o catalán.

La intervención más sorprendente de la mesa redonda corrió a cargo del diputado nacionalista Xabier Arzallus, quien profundizó en la supervivencia de Euskadi dentro del marco europeo.

En contra de algunas tesis manejadas hasta no hace mucho tiempo por su partido, el señor Arzallus manifestó que «exigir hoy una estatalidad vasca es un anacronismo».

El diputado nacionalista centró sus palabras en la necesidad de salvar por encima de todo la identidad del pueblo vasco, objetivo que a su juicio solamente puede conseguirse hoy en el marco de Europa. Después de señalar que la historia avanza a paso muy rápido y que tal vez dentro de cincuenta años sea posible que Escocia o el País Vasco puedan hablar con los países de la CEE de igual a igual, dijo que en la actualidad la teoría del Estado-nación, defendida por el fundador de su partido a finales del siglo pasado, no se puede defender. Añadió también que no hay esperanzas en la vía de la violencia.

El socialista Enrique Múgica presentó inicialmente a Europa como aquejada de dos problemas básicos: el gigantismo del modelo occidental, que minimiza al individuo para maximizar el beneficio, y el burocratismo estatalista del modelo soviético. Dentro del marco occidental en el que se mueve España, el modelo socialista pasa por una España federal en el marco de una Europa confederal.