Trescientos coches robados al día
En la noche del pasado 28 de diciembre nos fue sustraído el coche, un Mini Cooper CA-9018-C, debajo de casa, en la calle del Comandante Zorita. En la mañana siguiente se cursó la oportuna denuncia en la comisaría de Tetuán. También se dio parte a la Policía Municipal. Además, contratamos los servicios de una agencia llamada Brújula, que nos cobró, ipso facto, 2.000 pesetas por la «gestión» de búsqueda del vehículo. El día 9 de enero un chico joven nos llamó desde Carabanchel, calle de Los Arrayanes, para decirnos que allí se encontraba nuestro coche. La impresión que nos causó su visión fue desoladora, ya que había sido meticulosamente desguazado por un «experto»; no había cables arrancados, ni tubos cortados. Se trataba de un profesional. El expolio había sido total y el coche es, irrecuperable. Se encontraba a unos trescientos metros de la comisaría de Los Cármenes. Nadie de los alrededores había visto nada, y eso que la «operación desguace» debió durar varias horas, dada la inaccesibilidad mecánica de este tipo de coches. Presentados en la comisaría de Los Cármenes, serían las cuatro de la tarde del mismo día, el policía de guardia nos dijo «que estas cosas se debían a la democracia» y «que la culpa de estas cosas en los momentos actuales la tenía la sociedad». No se dignó siquiera ir a ver el coche. Nos dijo únicamente que quitásemos el coche de allí. Fue contratada una grúa a tal efecto que nos costó 1.200 pesetas. Y después, en la comisaría de Tetuán, un policía nos dijo que en nuestro barrio (sic.) «trabajaba un especialista en Mini». Nuestro barrio General Perón. Tampoco se dignaron mirar el coche por aquello de las huellas. Además, un chico del barrio donde apareció nos dijo que estas operaciones de desguace se solían efectuar en las proximidades de una iglesia cercana, noticia que no importó lo más mínimo a ningún policía. Otro dato significativo, en el lugar de la aparición, fue la inmediata oferta de compra por parte de una señora de la baca del coche «para el Mini de su hijo», Otro detalle fue otra señora que nos preguntó si éramos de la «parte de Cuatro Caminos», como así su cede, ya que, según ella, los coches que por allí aparecen son siempre «de esa parte». Comprendemos que la policía este muy ocupada en casos muy graves, que la Policía Municipal se dedique a otros menesteres -grúas y cepos- y que esto sea cuestión de escasa importancia para ellos, pero nosotros somos fieles cumplidores de nuestras obligaciones tributarias y creemos merecer algo más de caso. Como, por otra parte, el coche lo habíamos adquirido mediante un crédito bancario del que nos quedan por pagar 96.000 pesetas, bien sabe Dios que esa cantidad nos la pensamos desgravar del Impuesto Sobre la Renta del correspondiente ejercicio fiscal, y eso sintiéndolo mucho por el profesor Fuentes Quintana, de quien fuimos alumnos. Y como ya en otra ocasión nos intentaron robar este mismo coche, en la misma calle, causándonos importantes destrozos, hemos decidido pasar de coche para lo sucesivo, sintiéndolo también mucho por el nivel de stocks que en la actualidad tiene la industria del ramo.Nos consuela contribuir al ahorro energético, «ya que si. España no puede, nosotros, por lo visto, tampoco».
Para terminar, ¿,cómo es posible, según nos comunicó la propia Policía Municipal, que haya días en los que desaparecen trescientos coches en Madrid?
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