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Tribuna
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Perspectivas del sindicalismo vasco

Secretario general de ELA-STVELA-STV (Solidaridad de Trabajadores Vascos) salió de la clandestinidad con un proyecto neto de sindicalismo. En este proyecto se articulan coherentemente entre nosotros, los siguientes componentes:

- En la situación democrática hacia la que tendíamos el sindicato tenía que ser una de las instituciones clave.

- En el contexto vasco, la autonomía sindical, aún más que en otros climas, constituía la condición de un nuevo y original desarrollo sindical.

- La afiliación, además de tener amplias posibilidades numéricas, debía lograr incidir en campos nuevos y tenía que caracterizarse por ser una afiliación de fuerte conciencia sindical.

- Que la estructuración sindical, a partir de las secciones sindicales de empresa y federaciones, debía articularse culminando en una confederación de fuerte personalidad.

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- Con ello la autonomía de las distintas instancias y niveles sindicales quedaba, a la vez que garantizada, encuadrada y potenciada en una unidad con peso y personalidad propios.

Todo lo anterior exigía la construcción de una central en la que se conjugaran la fidelidad a la realidad trabajadora de Euskadi, el sentido pragmático y la abundancia de medios para desarrollar una acción reivindicativa y programática con sentido de responsabilidad obrera y de eficacia técnica.

ELA-STV, sin titubeos, arrancó el asombro de pocos exigiendo a sus afiliados una cuota de trescientas pesetas (tres veces superior a lo normal en los sindicatos a nivel de Estado) y poniendo en marcha una caja de resistencia confederal de 2.500 pesetas semanales en caso de huelga o lock-out, sentando con ello un precedente único, por el momento, en todo el sindicalismo estatal.

Era la voluntad, el proyecto de un sindicalismo de corte moderno y europeo, en el contexto de Euskadi.

Este proyecto, varios meses mas tarde, puede afirmarse como una realidad acogida y reconocida por el sindicalismo internacional. A las continuas visitas a Euskadi de los máximos responsables de los organismos internacionales de los que ELA forma parte -CES (Confederapión Europea de Sindicatos), CMT (Confederación Mundial del Trabajo), CIOS (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres)- se agrega laactividad de nuestra central a través de las internacionales de los Sindicatos Profesionales de Industria (SPI). La actuación y sofiIdaridad obrera internacional de ELA se articula de esa manera sólidamente. Lo mismo que a través de múltiples relaciones sindicales bilaterales.

Dificultades

El desarrollo del sindicalismo de ELA-STV se ha visto obstaculizado por el escaso talante democrático de los Gobiernos postfranquistas y por la lentitud del desarrollo político hacia la institucionalización de la democracia. Pero hay que apuntar a otras dificultades inesperadas o, por lo menos, comprensibles. Una patronal con pretendido talante europeísta, pero nerviosa, chanchuliera y alicorta ante los problemas que comporta la crisis económica, está demostrando una incapacidad para aclimatarse al comportamiento exigido por una sociedad democrática y, por lo mismo, conflictiva. El intento de esta patronal se orienta a burocratizar las decisiones, con la complicidad y el oportunismo de determinadas centrales. Exclusivizar las negociaciones en instancias externas a las empresas -que es el campo natural del conflicto, de la negociación- lleva a falsear los mecanismos de las relaciones laborales y a propiciar reacciones imprevisibles en una base obrera que se sentirá orillada, desoída y manipulada.

ELA-STV entiende que la base de la vida sindical está muy a ras del trabajador concreto. Desde esta tierra concreta en la que ELA-STV arraiga y en cuya clase trabajadora ELA tiene una realidad que las elecciones sindicales confirmarán, aparece como algo incomprensible el intento de concretar la vida sindical en tomo a dos centrales sindicales. A cualquier dirigente sindical, poir muy particulares puntos de yista que defienda, hay que exigirle un mínimo sentido realista, que se ve negado en este intento monopolizador. Las profesiones de fe en la asamblea de base o la proclamación del carácter democrático de los sindicatos estatales no pueden enmascarar los intentos buirocráticos y monopolizadores -estériles, por otra parte- que ponen de manifiesto actos graves, condicionantes de toda una política reivindicativa y sindical, como es la aceptación, por sumisión a instancias extrañas al propio sindicato, del pacto de la Moncloa. En la misma línea está el intento de articular la representación obrera fuera de la empresa en base a los comités,de empresa, cayendo en errores propios de una época que creemos pasada y con unas coincidencias próximas a una concepción orgánica y verticalista del sindicalismoa. No se debe cuestionar en este terreno las atribuciones exclusivas: y autónomas que corresponden las confederaciones sindicales. No es el momento de inventar un nuevo sindicalismo; simplemente: hay que poner en práctica un sindicalismo democrático.

Euskadi

Todo hace pronosticar que el sindicalismo de Euskadi va a alcanzar cotas de afiliación superiores al nivel medio del Estado y de la mayoría de los Estados europeos. ELA ha visto confirmado su propósito de iniciar una etapa nueva del sindicalismo vasco, ampliando el espacio y no sólo en número de afiliación. ELA-STV es hoy una linstitución vasca, que integra amplíos sectores no autóctonos en grado tal que constituye un hecho degrandes consecuencias en el futuro de la política vasca. Estamos en el comienzo de un proceso.

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