Londres se dispone a contestar a Dublín sobre el Ulster
Ayer se produjeron los primeros signos de que las declaraciones del primer ministro irlandés sobre el papel británico en el Ulster pueden dañar seriamente las relaciones entre Londres y Dublín.El ministro británico para Irlanda del Norte, Roy Mason, ha criticado abiertamente los puntos de vista expresados por Jack Lynch en su entrevista radiada, y el Foreign Office ha llamado al embajador irlandés para precisar algunos pasajes de las declaraciones del señor Lynch. En ellas se sugería sustancialmente una amnistía irlandesa para los militantes del IRA (Ejército Republicano Irlandés) en prisión, y se pedía a Gran Bretaña que anunciara su firme intención de retirarse del Ulster y de favorecer la unión de Irlanda.
«Irlanda del Norte seguirá formando parte del Reino Unido mientras la mayoría de sus habitantes lo quieran. » El ministro para el Ulster, a quien pertenecen estas palabras, estuvo ayer reunido en Belfast durante varias horas con altos funcionarios de su departamento preparando una declaración sobre la provincia, que será hecha el jueves en el Parlamento de Westminster. Roy Mason dijo que habla examinado atentamente las declaraciones del señor Lynch y expresó su contrariedad por el tono de los comentarios, que considera perjudiciales para la solución del crónico conflicto de la provincia británica.
Añadió que de su revisión de las conversaciones entre los jefes de Gobierno de Gran Bretaña e Irlanda, en octubre, se desprendía que hubo entonces una mutua comprensión hacia las respectivas políticas para el Ulster. Mason se declara sorprendido ahora por las declaraciones de Lynch, cuya consecuencia inmediata ha sido la retirada de los partidos unionistas protestantes de las conversaciones para devolver al Ulster una preautonomía restringida.
El Gobierno británico está buscando contra reloj una fórmula que le permita salvar su iniciativa sobre el territorio, toda vez que parece claro que Londres no está en condiciones de garantizar que no habrá un poder compartido con los católicos en una Administración autonómica, como lo exige el partido unionista oficial, el más importante de los que participaban en las conversaciones rotas. Fórmula ésta que, según las declaraciones de Jack Lynch, parecía contar con el visto bueno del primer ministro James Callaghan. Los más importantes diarios británicos, el Partido Conservador y la oposición irlandesa, han juntado sus voces y dirigido sus baterías contra la virtual promesa de Lynch de conceder una amnistía a los militantes del IRA encarcelados si cesa la violencia en el Ulster, iniciativa que Gran Bretaña contempla exclusivamente desde una perspectiva de orden público.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.