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Descubiertos varios kilos de "goma-2" junto al cuartel de la Policía Armada de Pamplona

En menos de seis horas, ETA ha protagonizado tres acciones en Pamplona -fallida-, Eibar (Guipúzcoa) y Ondárroa (Vizcaya), al parecer como parte de una ofensiva que pudiera intensificarse progresivamente. Ya en el último comunicado de ETA-militar, en el que se reivindicaba el robo de novecientos kilos de goma 2 en Galdácano el día 28, la organización declaraba que «mientras los cuerpos represivos de la Guardia Civil, Policía Armada y Cuerpo Géneral de Policía no sean retirados del territorio de Euskadi, ETA proseguirá la acción armada incrementándola a todos los niveles». Existe gran preocupación en medios oficiales y policiales ante esta ofensiva de ETA. Los controles, según fuentes policiales, seguirán.

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Javier Elcarte López, de veinte años, natural de Pamplona y presunto miembro de ETA, resultó alcanzado por un disparo efectuado por policías armados, sobre las once de la noche del pasado viernes, cuando fue detectada la presencia de un comando armado, que acababa de colocar un artefacto de varios kilos de goma 2, en las inmediaciones del cuartel de la Policía Armada.Durante toda la madrugada de ayer hubo diversos controles policiales en Pamplona y carreteras de acceso, siendo detenidos los ex miembros de ETA, Vicente Serrano Izko, responsable de ETA en Navarra, y José María Larrea Múgica, junto con Pedro Urdangarin Erviti y Juan Ignacio Odriá Andréu, militantes de LKI; así como Miguel González Sagües, de HASI, que tras ser interrogados en comisaría, fueron puestos en libertad al mediodía de ayer.

El Gobierno Civil de Navarra hizo pública ayer una nota de prensa en la que indicaba que sobre las once de la noche del viernes, «unas personas que se hallaban en las proximidades del cuartel de la Policía Armada de Beloso Alto, infundieron sospechas a dos policías armados que se dirigían desde el cuartel a la ciudad. Al tratar de identificarles, emprendieron la huida, cayéndosele al suelo, a una de las personas que huía, una pistola marca Firebird, calibre 7 mm., Parabellum».

Al parecer, en ese momento se originó un tiroteo entre los policías armado y los miembros del comando que, según fuentes extraoficiales, estaba compuesto por cuatro personas, siendo alcanzado el joven Javier Elcarte.

En el lugar del tiroteo, y después de un minucioso rastreo de numerosos efectivos policiales que se desplazaron hasta allí, se encontró, junto a la carretera, un cubo de basura lleno de «materia explosiva -según la nota del Gobierno Civil- de dos clases diferentes y con abundantes tornillos y tuercas nuevos, puestos para actuar de metralla».

Por otra parte, sobre las dos de la mañana de ayer, en la comisaría de policía de Pamplona se recibió una llamada anónima, en la que se indicaba que una persona esposada a una reja se encontraba en Oricain, pueblo de las cercanías de Pamplona. Al trasladarse allí varios miembros de la comisaría de policía, se comprobó que era un taxista, Patricio Donezar, propietario de un taxi negro, Seat 124, que le había sido sustraído unas horas antes por tres personas que iban armadas de pistolas.

El coche apareció ayer aparcado en la calle Gorriti, sospechándose que fue utilizado por el comando que colocó los explosivos en la carretera que conduce al cuartel de la Policía Armada en Beloso Alto.

Durante todo el día de ayer, la policía montó un espectacular servicio especial encaminado a lograr la detención del resto del presunto comando de ETA. Como consecuencia del servicio, la policía, en una rápida labor, encontró en una bajera de las afueras de Pamplona, un pequeño arsenal compuesto por una metralleta Stein con dos cargadores, dos pistolas Firebird con dos cargadores, tres kilos de goma 2, abundantes kilos de tornillos y tuercas, mechas rápidas y lentas, munición Parabellum, mecanismos de relojería para explosionar y abundante documentación sobre la organización.

Registro en "Egin"

A primera hora de la noche, el Gobierno Civil facilitó una nota en la que se recogía el descubrimiento del arsenal y se informaba del registro del diario Egin en los siguientes términos: «Como miembro del comando que actuó en la noche de ayer (por anteayer) ha sido identificado, además del herido (Javier Ecarte), el fotógrafo del diario Egin José Zaldúa Lasa, que se halla en ignorado paradero, cuya detención ha sido difundida a nivel nacional. Por existir posibilidad de que en su lugar de trabajo pueda tener armas u otros materiales o efectos de posible responsabilidad penal, se ha solicitado y obtenido mandamiento judicial para efectuar un registro en la redacción de Pamplona del citado periódico, la que se está llevando a cabo en el momento de redactar esta nota. Dicho registro se realiza en presencia del secretario del juzgado de instrucción en funciones de guardia y con la presencia inicial de la autoridad judicial.»A esta nota respondió el diario Egin posteriormente con el siguiente comunicado:

«En la tarde de ayer, el comisario jefe provincial requirió del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona mandamiento de entrada y registro en la redacción del periódico Egin, de esta capital, según el propio comisario, "por tener fundadas sospechas de que en dichas dependencias pueden ser encontrados armas, explosivos, documentación orgánica y otros efectos de la organización terrorista ETA, que se suponen puedan pertenecer al miembro de dicha organización José Zaldúa Lasa, periodista de dicha publicación".

Hacia las ocho de la tarde, aproximadamente, se personaron en nuestra delegación miembros del Cuerpo General de Policía, en compañía del secretario del Juzgado número 2 de Pamplona, que después de un minucioso registro de todas y cada una de las dependencias testificaron que el resultado del mismo había sido negativo.

Es de constatar el resultado de la gestión policial, si se compara con lo tajante de las afirmaciones, por una parte, del mandamiento de entrada y registro, "por tener fundadas sospechas...", etcétera, y la nota facilitada a la prensa a las veintiuna horas, en el mismo momento en que se está efectuando el registro, como dice textualmente dicha nota, en la que se involucra, sin que medie prueba alguna, a nuestro periódico.

Por otra parte, ni la dirección de este periódico ni los compañeros de trabajo conocen ni conocían, ningún tipo de relación del fotógrafo José Zaldúa Lasa con la citada organización.»

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