La pastizara
Parece que anda por ahí una pastizara, un dinero fácil, o sea para los periodistas, un dinero que te dan si eres buen chico y cuidas la caligrafla y no pones faltas ortográficas y, sobre todo, faltas políticas. Está bien eso de la pastizara.Antes lo llamaban fondo de reptiles. Cuando yo digo antes, es siempre antes de la guerra. Un escritor iba con otro a Gobernación a cobrar el fondo de reptiles. Gobernación estaba en Sol. Le daban cuarenta duros, pero se guardaba veinte en un zapato y le decía al compañero que se había quedado esperando:
-Nada, chico, veinte duros. Ahí tienes tus diez.
-Bueno, y ahora vamos a repartir lo del zapato -decía el otro sin enfadarse.
El periodismo y la literatura, en España, han sido siempre una cosa- como de Charlot, y lo siguen siendo después que ha muerto Charlot. A mí me parece que el Estado tiene que subvencionar de algún modo la prensa, igual que subvenciona el cine, pues el cine sólo sirve para sacar tetas (a ver si voy estos días a ver La viuda andaluza) y el periodismo sirve para sacar ideas. Aquí, en este periódico, un suponer, ya ven que el único que saca tetas soy yo: una de tarde en tarde, sin decir de quién es, para que no se molesten los accionistas.
Pero de esa pastizara que nos daba antes el Estado despótico y que nos da ahora el Estado democrático, a mí nunca me ha llegado nada. Yo creo que Juan Luis Cebrián se lo lo guarda en el zapato. Un día se lo voy a decir, hombre, ya que no me sube el sueldo, cuando me le encuentre en el ascensor, que es donde me encuentro yo a Juan Luis y donde me da las consignas secretas:
-Venga, tío, a ver el zapato, que tienes un reptil en el zapato.
Otra pastizara que anda por ahí es la de la CIA. Dice que a la CIA seguimos interesándole los periodistas. Bueno, pues a mí no me llama nadie: ni los reptiles del fondo de reptiles ni la CIA ni Sánchez-Bella ni el FBI. Debo estar acabado. Lo escribí aquí un día: con una columna de prensa puede comprarse todo Madrid. Por eso nos dan solamente las columnas de prensa a los que vamos poco de tiendas. He citado a Sánchez-Bella. Dicen que dijo una vez:
-A los intelectuales se les doblega mediante el hambre.
No doy crédito a la frase porque la calumnia no es mi género literario, y sobre todo por si me encuentro a Sánchez-Bella en casa de Calvo-Sotelo, cenando, que me han invitado para estos días, y a lo mejor don Alfredo me da con la Jijonenca del postre.
Antes de Franco, el fondo de reptiles servía para comprar periodistas no venales. (Los venales estaban ya todos comprados.) Después, Franco se sacó lo de los cupos de papel y cosas así, que era más sutil que los politicastros de, aquella -República-de-sangre-y-lodo. El fondo de reptiles servía para prostituir, los cupos de papel servían para domesticar y lo que ahora funciona o va a funcionar debe servir para proteger la prensa libre y la comunicación, como se protege la Renfe o Iberia, Los españoles no podemos vivir sin comunicarnos, pero la subvención a un periódico nojustifica la prostitución de un redactor, como la subvención a la Renfe no justifica el abuso sexual contra un maquinista por parte del ministro, del ramo.
Si incluso el Estado de Franco ha respetado siempre, que se sepa, la virginidad de maquinístas y fogoneros, ¿por qué nadie ha respetado nunca en este país la virginidad del periodista? Siempre he dicho que los periodistas somos las vírgenes necias de la democracia. Y además, no somos vírgenes.
Entre el dólar/pastizara dela CIA y la peseta devaluada de Suárez (otro 2% para primeros de año), estoy dudando a quién vender mi cuerpo, porque lo cierto es que anda por ahí una pastizara y yo no las veo venir, como me pasó otrora con el oro de Moscú, que por eso me hice de derechas. La prensa se protege, pero no se soborna. Durante cuarenta años, muchos periodistas del franquismo han andado con el dinero escondido en el zapato. Yo, en, cuanto periodista, no exijo ser tan inmaculado sexualmente como una virgen. Sólo pido ser tan intangible como un fogonero.
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