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Pleno del Congreso

Aprobada la creación de la Comisión de Encuesta sobre Málaga y Tenerife

El Pleno del Congreso de Diputados resolvió ayer, por 299 votos favorables, dos en contra -de identidad desconocida, dado el sistema electrónico de la votación- y diecisiete abstenciones -algunas de ellas al menos atribuibles a Alianza Popular-, constituir una comisión de encuesta sobre los sucesos de Málaga y Tenerife. En el plazo de una semana los grupos parlamentarios deberán proponer sus representantes en la citada comisión. El debate que se planteó -anticipándose al estudio de las interpelaciones al Gobierno inicialmente previstas como punto segundo del orden del día, tras los temas presupuestarios- tuvo como principales protagonistas, tras la indecisión de los grupos para abrir el fuego, a los siguientes diputados:

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Rafael Ballesteros (PSOE) acusó al Gobierno y a UCD por los esfuerzos realizados para silenciar la voz socialista sobre unos sucesos como los de Málaga en los que la actuación de las fuerzas de orden público fue calificada por todos los grupos parlamentarios malegueños -incluida UCD- como «brutal e indiscriminada », y de Tenerife, donde un diputado la consideró «desmedida e irregular». Recordó también la agresión a. un diputado socialista en la puerta del Gobierno Civil malagueño. « Existe en este país -terminó diciendo- una necesidad urgente de que las fuerzas de orden público estén en defensa de las libertades y actúen para exigir a todos un comportamiento respetuoso.»Tomás García (PCE) manifestó que el grupo comunista respaldaba la comisión investigadora, y recordó que el problema reside, en Málaga, en el núcleo de elementos fascistas organizados paramilitarmente. Citó a Enrique del Pino, del Frente Antícomunista de España, amparado en el búnker de Fuengirola, y aseguró que no había nada, por parte del PCE, contra las fuerzas de orden público ni contra la bandera de España.

Ignacio Javier Huelin (UCD) expresó el profundo pésame a los familiares de los muertos y pidió que no se anticiparan conclusiones. Solicitó que la investigación se lleve no en una sola dirección, sino en todas.

José Angel Cuerda (PNV) señaló la importancia del orden público para las nacionalidades y pueblos del Estado español y aseguró que no quedará políticamente encajado hasta que no haya autonomías.

Réplicas en cadena a Fraga

La intervención de Manuel Fraga (AP), que reproducimos en otro lugar de estas mismas páginas, onginé una serie de réplicas en cadena. Las incluimos a continuación.

Miguel Roca (minoría catalana) declaró que nada protege mejor al ciudadano que la democracia, y situó la intervención de Fraga en un plano similar a la de Gil Robles, poco antes del 18 de julio. Negó que la situación fuera tan dramátiea ni que se pueda llegar a la conclusión de que con Franco se vivía mejor. Pidió el entierro del pasado y la reforma del Código. Penal, y aseguró que se atenta contra el orden público cuando se inspira al ciudadano desconfianza contra la derriocracia.

Luis Gómez Llorente (PSOE). Inició su intervención afirmando el respeto socialista a las fuerzas de orden público no como un recurso retórico, sino porque forma parte de la ideología del PSOE, como consecuencia de asumir el Estado en su integridad, «pero un Estado -añadió- democrático», en el que son necesarias fuerzas defensoras de la legalidad. Rechazó las maniobras que tienden a antagonizar el PSOE y las fuerzas de orden público, o los intentos de colocar las acciones terroristas -siempre condenadas por el PSOE- en una balanza y la política de orden público en otra.

Contestó a Fraga que hay una bandera sagrada, la del Estado español, pero que para los catalanes, asturianos, andaluces y demás españoles, también es sagrada, además, la suya. Afirmó que una lista igual a la que Fraga había aportado sobre atentados recientes podía obtenerse respecto a la etapa en que era ministro de la Gobernación.

Aseguró que se producen más víctimas, incluso entre las fuerzas de orden público, sin democracia.

Carrillo, el punto más conflictivo

En este punto del debate se produjo la intervención del secretario general del PCE, Santiago Carrillo, que elevó la tensión ambiental hasta su punto más alto. (Véase texto de su discurso, en esta misma página.) A continuación hubo las siguientes intervenciones:

José Pedro Pérez Llorca (UCD). Consideré lamentable haber llegado al debate que se estaba produciendo, que estimaba negativo. Ante la afirmación de que UCD quiso silenciar la voz del grupo socialista para evitar mostrarse a una alternativa de poder expresó el ánimo de concordia de su partido. Con el debate de hoy, ante el país -dijo- «no se ha mostrado una alternativa de poder, sino una al.ternativa no democrática». La última frase no fue bien recibida por los socialistas, en nombre de los cuales Gregorio Peces Barba dijo más tarde, al explicar el voto socialista: «No aceptamos lecciones de democracia de lbs oráculos de la mayoría.» El señor Pérez Llorca manifestó que sus palabras no iban dirigidas al PSOE ni a ningún partido parlamentario. Desde su escaño, el señor Peces Barca aceptó la puntualización.

Fraga contraataca

Con cierta vehemencia, el señor Fraga intervino por alusiones, tras señalar que se alegraba del debate producido. Manifestó al señor Carrillo que él no había hecho la guerra y sí, en cambio, gestos recientes en favor de la reconciliación. Aludió a las pieles de cordero y a la sangre roja y discutió con el presidente del Congreso, que le llamó la atención por el tono de sus palabras.

Martín Villa

Rodolfo Martín Villa (ministro del Interior). En una intervención muy pausada, aseguró que ante la comisión de encuesta comparecerán las autoridades policiales, gubernativas y él mismo.

Aludió a las reformas legislativas en marcha y ofreció la segurídad de que los cuerpos y Fuerzas de Orden Público reciben instrucciones normales, adecuadas a una política de orden público nueva.

Recordó que durante el segundo semestre de 1975 se había producido el mayor número de atentados contra las Fuerzas del Orden Público, y aludió a los sucesos de Vitoria y Montejurra, rectificando la inhibición de responsabilidad que había hecho el señor Fraga.

Señaló que aunque el ministro de Gobernación saliera de viaje aquella misma mañana, no debía eludir su responsabilidad ni endosársela a otro. (Veladamente el señor Fraga se había referido a su sustituto en aquellos días durante su ausencia, el actual presidente del Gobienio, Adolfo Suárez, que sonrió al escuchar).

Advirtió, que las Fuerzas de Orden Público realizarán su cometido en defensa -del ejercicio de los derechos ciudadanos, pero que, si se las hostiga, se defenderán. Terminó manifestando que hay que evitar situaciones que llevan a resultados tan lamentables como los de Málaga y La Laguna.

Quitar hierro

Finalizada la sesión de la mañana, con la aprobación de la comisión de encuesta sobre los sucesos de Málaga y Tenerife, los dos principales protagonistas de los enfrentamientos -Fraga y Carrillo- hicieron declaraciones a la prensa sobre lo sucedido.

Fraga manifestó que él no deseaba este debate, pero en los últimos meses se ha producido un deterioro serio del orden público. Insistió en que Carrillo le había amenazado. Este último, por su parte, aseguró que lo que había diicho a Fragano podía ser considerado como una ofensa personal ni como una amenaza. «Si he criticado a Fraga-dijo-es porque su actitud puede -desestabilizar la tranquilidad en la calle.»

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