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Soares, dispuesto a aceptar la colaboracion de los comunistas portugueses

El Gobierno socialista no tendrá inconveniente en aceptar la moción de confianza, gracias al voto de los parlamentarios comunistas. «Ha llegado la hora de oponer una barrera insuperable al progreso de la derecha reaccionaria.»

Estas dos afirmaciones del primer ministro de Portugal, Mario Soares, han sido hechas en la entrevista, concedida al semanario independiente de izquierda Jornale, y han alterado profundamente el contexto del debate sobre la confianza que se inicia la próxima semana.Hace menos de un mes, Mario Soares dio a entender que jamás aceptaría gobernar con el único apoyo de los comunistas. Ahora, las nuevas declaraciones de Soares suscitan sorpresa, dudas e interrogantes, tanto a la derecha como a la izquierda.

Nadie cree en la inminencia de una renuncia de Mario Soares. Nadie tampoco la desea. Con la negativa de los socialistas a participar a una coalición abierta o encubierta, es forzoso reconocer que no existe actualmente en el Parlamento una solución política de recambio. Pero, con excepción del Partido Comunista, nadie parece interesado en unas elecciones anticipadas y, además, hay que acelerar la llegada de los créditos externos negociados y conseguidos por el actual ejecutivo.

El líder socialista afirma a o jornale que el partido Socialista, galvanizado por la perspectiva de una nueva campaña nacional, de sentido contrario a la de 1975, está preparado para enfrentar las acusaciones de comunísta con la misma serenidad que aceptó hace dos años las de fascista y reaccionario.

Para el Expresso, lo más probable es que se trate de una nueva maniobra táctica. Amenazando a los partidos de derecha con una mayoría de izquierda, cuya concretización es aún problemática, Mario Soares ejerce sobre la base de dichos partidos una especie de chantaje destinado a dar nueva credibilidad al argumento esgrimido por el Centro Democrátíco y Social cuando fue constituido el Gobierno minoritario socialista: «Es preciso evitar que los socialistas se precipíten en los brazos de los comunistas.» Se escribía, entonces, que la mayoría de izquierda no era posible, porque el presidente Ramalho Eanes y los militares no lo permitirían. Eljefe del Estado ha deshecho tales ilusiones y conseguido, al menos aparentemente, que las fuerzas armadas se mantengan ngurosarnente neutrales frente a la actual crisis. Es de esperar que lo conseguirá cualquiera que sea el desenlace de la misma.

El CDS y el Partido Socialdemócrata (PSD) deben ahora reexaminar su situación. Mario Soares les permitiría ceder sin perder la cara frente a las bases partidarias. En este caso, la moción de confianza podrá ser votada por el grupo parlamentario socialista con abstención de los otros tres grupos políticos mayores. Esta solución se considera la mejor, no sólo por el Partido Socialista, sino también por los «moderados» del PSI). Una vez sobrepasada esta crisis, votados el presupuesto y el plan económico para 1978 y concluidas las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, Mario Soares tendrá las manos libres para reorganizar su Gobierno, ocasión propicia para un nuevo cambio de alianzas.

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Sin embargo, si la oposición de derechas no cede, Mario Soares tendrá que negociar en serio el apoyo de los diputados comunistas. De momento, las negociacionesGobierno-oposición prosiguen sólo con los representantes del Partido Comunista. Alvaro Cunhal, secretario general del PCP, ha declarado en público que en ningún caso su partido pasaría un cheque en blanco a la política del Gobierno actual. La movilización sindical sigue en un crescendo, por ahora discreto, pero bien orquestado.

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