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Reportaje:La polémica de las centrales nucleares

El carbón y la energía nuclear reemplazarán los déficit de petróleo hasta el año 2000

Estudios y análisis de los sistemas energéticos para el año 2000 realizados por organismos internacionales, dejan al descubierto que las diferencias entre energía demandada y energía suministrada- sin una introducción vigorosa de nuevas tecnologías -tanto de conservación como de producción energética- pueden ser de una magnitud enorme. Según estudios realizados dentro de la Agencia Internacional de la Energía los incrementos en el suministro de combustibles convencionales con recursos propios parecen inadecuados para superar este déficit; las importaciones necesarias para satisfacer las demandas proyectadas nos conducirían a niveles de importación de petróleo y de gas totalmente fuera de la realidad de acuerdo con las producciones actuales.Teniendo en cuenta los largos plazos que son necesarios para la investigación y desarrollo de nuevas fuentes de energía deben iniciarse cuanto antes proyectos a escala internacional; por ejemplo, se ha realizado con carácter orientativo un estudio en este último año en los laboratorios de Brookhaven (Estados Unidos) y Mich (Alemania) dentro de la Agencia Internacional de la Energía titulado An Inifial Multi-National Study of Future Energy Systems and Impacts of Some Evolving Technologies para los sistemas energéticos de los trece países siguientes: Bélgica, Canadá,' Dinamarca, Alemania, Japón, Holanda, Noruega, España, Suecia, Irlanda, Suiza, Reino. Unido y Estados Unidos, y con intervención de la Comisión de Comunidades Europeas; de acuerdo con él sé requerirán aproximadamente 2.640 millones de toneladas de petróleo equivalente (MTEP) para el año 2000-1- si se ti ' ene presente que la producción mundial actual de petróleo es equivalente a 2.980 MTPE por año, resulta que si no se consiguiese la utilización de nuevas tecnologías tanto en el campo de conservación de energía como n el de nuevos suministros, los trece países antes citados requerían para el año 2000 casi toda la producción mundial de petróleo actual.

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Conclusiones

Existen medios para evitar consecuencias catastróficas de estos desfases energéticos siempre que las naciones hagan frente a estos problemas conjunta y abiertamente. Las naciones tendrán que disminuir su dependencia del petróleo y cambiarse a otras fuentes energéticas con el fin de sostener sus sistemas-económicos en los primeros años del próximo siglo. Estas decisiones a nivel nacional considerarán una variedad de ventajas y desventajas que rodearan a cada alternativa: cómo y cuándo una mina de carbón deberá ser abierta, qué incentivos pueden ser utilizados para el aislamiento de las casas, qué incrementos de eficiencia energética pueden conseguirse, cuáles son las implicaciones de los límites de la polución del aire, etcétera. A nivel internacional serán del tipo: ¿Puede una nación limitar la producción de petróleo?, ¿exportará ella su petróleo, su gas natural, su carbón y su uranio?, etcétera. Infinidad de decisiones deberán ser tomadas y en las ' que serán difíciles de evaluar los análisis de costes y beneficios, niveles de empleo, balanzas de pagos y muchos otros factores. Una cosa que está clara es que habrá un incremento continuo de las interdependencias energéticas entre naciones.

Un punto de vista también a tener en cuenta, es cómo está distribuido actualmente el consumo energético en el mundo, y cómo va a desarrollarse. André Giraud, en un magnifico raport presentado en la Conferencia Mundial sobre Energía Nuclear, celebrada en Washington el 15 de noviembre de 1976, analizó las necesidades de energía para los países en vías de desarrollo o no desarrollados, y las contrastó con las correspondientes a las de los países industrializados; estos últimos, con un 25 % de la población mundial utilizan el 85 % de la producción mundial energética. Las tasas de crecimiento de la energía, la del Producto Nacional Bruto, y la de la población serán mayores par -a los países en vías de desarrollo y no desarrollados en los próximos cincuenta años que para los países industrializados. Sus necesidades energéticas serán aproximadamente dos veces la media mundial del 3 % y por tanto después de este período de cincuenta años los países pobres representarán el 85 % de la población mundial y consumirán alrededor del 60% de la producción energética.

Si estos recursos estuviesen igualmente distribuidos en todos los países, bien con relación a las' poblaciones, bien con relación a las superficies, podríamos decir a título orientativo, que con los recursos conocidos actualmente en España, somos «pobrísimos» en gas natural, «pobres» en carbón y petróleo y relativamente «ricos» en uranio. Desgraciadamente los recursos energéticos están muy desigualmente distribuidos en el mundo y así el crecimiento económico de una mayoría de las naciones dependerán de las exportaciones de energía de otros países.

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