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El abogado Croissant reitera que no tiene intención de suicidarse

El abogado de la organización Baader-Meinhof Klaus Croissant, recientemente entregado a las autoridades alemanas por la policía francesa, ha depositado en el despacho del director de la cárcel de Stammheim un paquete de cuchillas de afeitar que se encontró en su celda. Este gesto contrasta con la constante vigilancia a que es sometido «para evitar que se suicide». El abogado ha pedido a sus defensores que convenzan a las autoridades judiciales de qué no tiene el menor propósito de optar por una decisión tan trágica, y la entrega de las hojillas de afeitar es una muestra de ello.La suposición de que podría intentar quitarse la vida, al igual que ocurrió con los «suicidios» de Baader, Raspe, Ensslin y Schubert y el intento de Irmgard Moeller, se basa, según un funcionario de los tribunales de Stuttgart, en una observación del médico de la cárcel, aunque éste no ha emitido juicio alguno en público.

En contra de la tesis del «suicidio premeditado» de los tres activistas muertos en Stammheim se ha expresado también el antiguo director de la misma prisión, Hans Nusser, en una declaración prestada ante la comisión investigadora que actúa en Stuttgart. Esta disponibilidad al suicidio ni siquiera se dejó traslucir, según el funcionario, durante la última huelga de hambre de los presos. Literalmente sus palabras han sido: «Jamás he creído en el suicidio de Baader.»

Entretanto han vuelto a tener lugar nuevos hallazgos de armas en otra celda, ocupada del 6 de julio al 12 de agosto pasados por Helmut Pohl y luego desierta. Como en casi todos los demás casos, la policía dice que el arma, una pistola del calibre 38 especial, se hallaba oculta en un boquete de la pared, debidamente camuflada.

El catálogo de irregularidades aún no resueltas ha llevado a un comité de coordinación creado en Francia a publicar un total de 43 preguntas aún no contestadas por las autoridades alemanas sobre las misteriosas muertes de Stuttgart y Munich, regiones gobernadas por sectores ultraconservadores dentro de la Democracia Cristiana.

Aparte de preguntas ya conocidas, se plantea el comité cómo es posible que los abogados que visitaban a sus clientes en Stammheim pudiesen introducir armas en la cárcel cuando todos los visitantes estaban obligados a someterse a un control electrónico para la detección de metales. Tampoco parece claro cómo Raspe pudo llevar consigo un arma cuando al día siguiente de producirse la noticia del secuestro de Schleyer fue cambiado de celda y cacheado previamente a fondo. Según el pliego de interrogantes, tampoco se ha aclarado quiénes eran los ocupantes de tres coches celulares que entraron en el patio de la cárcel la víspera del «suicidio» de los presos, hacia las cuatro de la tarde. Respecto a si fueron estos realmente quienes utilizaron las armas contra sí mismos, se observa una larga serie de irregularidades, una de ellas la falta de huellas dactilares en las pistolas y la observación de numerosos hematomas en los cuerpos.

Por otra parte, Izquierda Democrática (ID) respalda las recientes manifestaciones de su presidente de honor, Joaquín Ruiz Giménez, sobre el caso, del abogado alemán señor Croissant cuya extradición concedió recientemente Francia, y muestra su extrañeza por las acusaciones del Partido Demócrata Cristiano alemán (CDU), que está dispuesto, al parecer, a solicitar la expulsión de ID de la Internacional Demócrata Cristiana.

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