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La derecha conserva la mayoría en Grecia

El partido de Constantino Caramanlis, Nueva Democracia, podrá seguir gobernando con mayoría parlamentaria, 174 escaños, después del voto del domingo 20 de noviembre. Sin embargo, la fuerte progresión de los socialistas panhelénicos del PASOK, que saltan de doce a 91 escaños, supone una seria advertencia para Caramantis de cara al futuro. Los demás partidos se reparten el electorado, con una confirmación del Partido Comunista Griego (KKE), de cariz pro soviético, que logra once puestos en el Parlamento. El partido neofascista, que no estaba representado en las elecciones de noviembre de 1974, consigue cinco escaños. Pierden influencia los centristas de Georges Mavros, que retrocede de sesenta diputados a quince. Quedan prácticamente al margen de la vida política activa los eurocomunistas, o Partido Comunista Griego del Interior, que sólo alcanzan dos escaños entre toda la coalición formada por cinco partidos progresistas.

La jornada electoral discurrió con tranquilidad en todo el país. Los centros de voto abrieron a las siete y cerraron a las cinco. Votó el 75% del electorado.Durante veinticuatro horas, bares, restaurantes y clubs no sirvieron alcohol, y cerraron completamente a partir de las dos del mediodía del domingo. Atenas daba la impresión de ser una ciudad muerta, hasta últimas horas de la noche.

El resultado del voto representa una tendencia a la bipolarización de la vida política griega. Superado, aparentemente, el trauma de los siete años de dictadura militar, los griegos fueron más avaros para el partido mayoritario de Nueva Democracia, que recogió el 54 % de los votos en noviembre de 1974, a los cuatro meses del fin de la dictadura militar.

Caramanlis logró el domingo sólo el 42% de los votos, que, gracias al sistema proporcional corregido, le concede una confortable mayoría parlamentaria.

El partido neofascista del Frente Nacional, que agrupó a personalidades de la extrema derecha de la época de la junta militar, conservadores y política demasiado «liberal» de Caramanlis.

«La victoria del PASOK se debe a su buena organización y al trauma del pueblo griego, sobre todo en el campo, por todo lo que suena a izquierda comunista», declaraba, con amargura, un miembro de la Alianza de Fuerzas Progresist4s y de Izquierda, que patrocinaban los eurocomunistas (2,6% de los votos).

Florakis, secretario general del Partido Comunista de Grecia, celebró su victoria sobre los eurocomunistas. El KKE consiguió la mayor parte de sus votos -8,92%- en las aglomeraciones industriales de Atenas, Salónica y Patrás.

El primer ministro, Constantino Caramanlis, intentó justificar la anticipación de la consulta electoral de un año, para mejor afrontar los grandes capítulos de la política exterior griega en 1978: adhesión al Mercado Común, crisis chipriota y diferencias con Turquía.

A pesar de su confortable mayoría parlamentaria, Caramanlis contará con menos voces partidarias en la Asamblea. Las filas de la oposición radical del PASOK aumentarán de tono en los arduos debates parlamentarios.

Papandreu exigirá una política más eficaz para solucionar el conflicto chipriota. Reforzará su presión, en particular, sobre la política del Gobierno en relación con la OTAN, de la que Caramanlis prometió a los griegos salir de su ala militar y defenderá su línea contraria a la adhesión de Grecia al Mercado Común Europeo.

Para contrarrestar el nacionalismo del PASOK -que sus contrarios califican de demagógico y utópico-, Caramanlis podría buscar apoyo en el partido de la Unión del Centro Democrático, del ex ministro Georges Mavros. La eventual oferta de un puesto ministerial, como la cartera de Exteriores, que Mavros ejerció durante el Gobierno provisional de Caramanlis, entre agosto y noviembre de 1974, constituiría el precio de la colaboración, se dice en Atenas.

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