Transportes reanuda la negociación con los huelguistas de Aviación Civil

El ministro de Transportes, señor Lladó, se reunió en la tarde de ayer con el comité de huelga del personal civil de la Subsecretaría de Aviación Civil, en un nuevo intento de buscar salida al conflicto que este colectivo tiene planteado en apoyo de sus reivindicaciones económicas y que en dos ocasiones -durante tres días una de ellas, y por espacio de veinticuatro horas la última- ha paralizado los aeropuertos españoles.

En esta nueva reunión que se prolongaría en la tarde de hoy el ministro habría ofrecido a los huelguistas, como alternativa a la solución de los problemas económicos a los que el Gobierno no puede hacer frente por superar las peticiones en este sentido las limitaciones salariales impuestas por el pacto de la Moncloa, la posibilidad de transformar el actual organismo autónomo de aeropuertos nacionales en una empresa estatal, lo que supondría abandonar la actual dependencia administrativa de este colectivo.Esta posible nueva situación permitiría a los trabajadores de Aviación Civil disponer de un régimen laboral más parecido al que impera en la empresa privada. con nuevas posibilidades profesionales que hoy, en el actual régimen administrativo, les están vedadas, en especial en cuanto a la promoción a cargos de responsabilidad.

Se trataría, pues, según se ha informado a EL PAIS en medios oficiosos, de buscar una solución de futuro al actual problema laboral de los casi 11.500 trabajadores dependientes de la Subsecretaría de Aviación Civil, obviando, en alguna medida, o al menos aplazando, la inmediata solución económica al aumento salarial en cuyo apoyo han ido en dos ocasiones a la huelga y tienen previsto un nuevo paro para el próximo viernes.

Por otra parte, y en relación con el aterrizaje en Barajas de dos aviones de Iberia el pasado día 11, primer día de huelga de aeropuertos, esta compañía ha publicado una nota en la que explica que, tanto el aeropuerto como la ruta, se encontraban en inmejorables condiciones de seguridad. El comité de huelga, contrariamente a esta versión de Iberia, aseguró en su día que uno de los citados aterrizajes se hizo sin contar con la autorización del referido comité, por lo que los huelguistas declinaban cualquier responsabilidad de un acto que ellos calificaron como temerario.

Iberia explica en su nota que, aunque los vuelos sobre el espacio aéreo español no quedaban garantizados, el haber volado a París, cuyo aeropuerto se ofrecía como alternativa al desvío fijado a Lisboa -cuyo aeropuerto estaba bajo mínimos- hubiera supuesto salirse del espacio aéreo español hasta más de dos millas de costa y penetrar en áreas de tráfico congestionadas.