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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La unidad canaria

Senador de UCD por Las Palmas

Qué gran oportunidad se nos presenta a los canarios para, de una vez por todas, tratar de construir el esquema definitivo que nos permita optar al futuro que nuestra región demanda.

Ahora que la «preautonomía» y la autonomía están al alcance de nuestra mano, está más claro que nunca que nuestros planteamientos biprovinciales han de ser sustancialmente superados, para abordar definitivamente nuestro compromiso histórico con auténtico espíritu regional, conscientes de la responsabilidad que nos va en ello y como única fórmula de dar respuesta válida a la compleja problemática canaria.

Cierto que los problemas que inciden en esta región son específicamente diferentes a los de cualquiera otra y que, no por fortuna precisamente, son mucho, más complejos.

Región frontera

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Canarias no sólo está a 2.000 kilómetros de distancia del territorio peninsular, sino que, además, de la noche a la mañana y sin haber tenido arte ni parte, se ha convertido en región frontera, sometida a enormes presiones internacionales, hasta el grado de ser considerada, el área en la que nos encontramos inmersos, uno de los puntos más conflictivos de la tierra, lo que comporta un hecho diferencial evidente que no concurre en ninguna otra región.

Y en estas horas críticas y trascendentales para nuestra región vemos con profunda tristeza el enorme abismo en que se encuentran divididas estas dos provincias y que motiva que nuestras voces no vayan al unísono.

Es esta lamentable y absurda rivalidad, que ha sido mantenida con singular regocijo por algunos, la que nos debilita hasta grados insospechados cuando de trabajar se trata en pro de nuestra región.

En aras de defender los intereses de Canarias, lo que nos sobra son puntos de arranque comunes. Pero yo diría que uno destaca por encima de todos, y es el que va a subsanar todas nuestras. posibles diferencias y del cual hemos de arrancar para poder construir la región canaria. Me estoy refiriendo a la unidad-isla. Dar prioridad siempre a isla en el enfoque de nuestros problemas regionales nos va a permitir superar esa obsoleta rivalidad provincial que tanto perjuicio nos ha traído a lo largo y ancho de nuestra historia y que, si en un tiempo fue necesario dividir en dos provincias, hoy es notorio que sólo que nos impiden hacer el planteamiento objetivo que necesitamos con la debida uniformidad de criterios que urgentemente precisamos para ser escuchados con la debida autoridad y el debido respeto por quien corresponda.

Por todo lo anteriormente expuesto es por lo que considero que en cualquier organismo rector de nueva creación ha de tener prioridad el concepto de insularidad, que deberá prevalecer siempre sobre cualquier otro, y será entonces, y sólo entonces, cuando esta región saldrá potenciada de todas y cada una de las soluciones que aportemos, con lo que comenzaremos a poner los cimientos de una sólida infraestructura regional.

Por el contrario, si no fuera éste nuestro principal y único objetivo, es mucho mejor que cojamos nuestros bártulos y nos marchemos a casa cuanto antes, para no continuar por más tiempo cometiendo los mismos errores que hemos venido padeciendo.

Pero todo esto, que parece tan sencillo a primera vista, no lo es, antes al contrario, está erizado de dificultades de toda índole, y pienso que es bueno ser conscientes de lo complicado del empeño, porque eso nos hará estudiar con mayor profundidad y altura de miras las posibles soluciones que al caso convengan.

Ahora bien, tampoco debe significar que lo dificultoso del problema nos vaya a hacer claudicar o renunciar. Todos sabemos que aquello verdaderamente importante no se logra con facilidad, y nosotros, los canarios, lo debemos tener siempre muy presente para no amedrentarnos en ningún caso, e incluso nos debe servir de estímulo el inmenso honor que el destino nos ha deparado.

También, es importante tener la absoluta convicción de que los intereses de la comunidad están muy por encima de nuestros propios intereses, aun a sabiendas de que en múltiples ocasiones la tentación de tomar posturas fáciles y demagógicas se nos va a presentar con harta frecuencia, pero que en ningún momento las debemos aceptar, y muchos menos cuando vengan incitadas por quienes quieren eternizar la rivalidad interprovincial.

Canarias, grabémoslo con fuego, necesita ahora de políticos responsables con la exclusiva finalidad de estructurar definitivamente una región sólida que nos permita a nosotros, los canarios, el derecho a un futuro seguro, prometedor y digno. Canarias lo merece.

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