El Parlamento marroquí aprueba el "derecho de persecución"

El Parlamento marroquí adoptó una moción por la que se aprueba el derecho de persecución de Marruecos «contra las bandas de mercenarios cualquiera que sea su procedencia».Todos los periódicos marroquíes de ayer, que dedican sus primeras páginas a esta moción, subrayan que el pueblo «está unánimemente movilizado detrás de su soberano para hacer frente a las repetidas agresiones del poder argelino».La prensa marroquí, que distingue entre el poder y el pueblo argelino, estima que este último es «ajeno a todo cuanto ocurre en la región» y subraya que el pueblo marroquí «rechaza la guerra de desgaste que los dirigentes argelinos imponen a Marruecos y Mauritania desde hace dos años».

L'Opinion, órgano del partido nacionalista Istiqual, escribe: «Marruecos no desea entrar en guerra con nadie.... pero no puede renunciar a la defensa de su suelo nacional y sacrificar su integridad y su soberanía en nombre de su adhesión a una paz en la que los dirigentes de Argel no creen. »

Por su parte, Al Moharir (USFP, oposición progresista) se pregunta: «La guerra no es inevitable, como pretenden los dirigentes argelinos. ¿Pueden éstos volver a la razón y acordarse de los años de lucha común, de dificultades y esperanzas comunes? Esperamos que así lo hagan, antes de que sea demasiado tarde.»

El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Mohamed Bucetta, dijo ayer en París que, según sus informaciones, el ejército regular argelino está interviniendo en el Sahara occidental. «Nuestros datos prueban que unidades regulares intervienen en la zona.»

Intervención del Polisario en la ONU

El representante del Polisario habló ayer por segunda vez ante la Comisión sobre Descolonización de las Naciones Unidas, finalizando prácticamente el debate que ha sido este año más vivo de loanticipado.

Marruecos y Mauritania se limitaron a plantear, en cuestión de procedimiento, que el Polisario no está reconocido por ninguna organización internacional y tampoco por la ONU, pero no formularon una objeción foral.