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Carrillo discutirá con el presidente Tito las discrepancias PCE-Moscú

El secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo, inició ayer una visita de dos días a Yugoslavia, donde mantendrá importantes conversaciones con el presidente yugoslavo, Josip Broz Tito. Posteriormente se trasladará a Roma, con el propósito de entrevistarse con el líder del Partido Comunista italiano (PCI), Enrico Berlinguer. Ambos viajes se producen a pocos días del incidente protagonizado por Carrillo en Moscú, donde no se le permitió leer el discurso que había preparado con motivo del sesenta aniversario de la revolución soviética.

Ayer, en el momento de partir hacia Belgrado, Carrillo declaró que el significado del viaje «es tanto mayor porque tiene lugar en vísperas de mi ida a Estados Unidos, e inmediatamente después -añadió- de mi regreso de Moscú».El secretario general del PCE manifestó también que en sus coversaciones con los políticos yugoslavos se examinarán cuestiones «del dominio de las relaciones internacionales y de las bilaterales entre nuestros dos partidos. Las relaciones entre el PCE y la Liga de Comunistas Yugoslavos (partido comunista).-concluyó- son excepcionalmente buenas».

Recibido por Dolanc

A su llegada a Belgrado, Carrillo fue recibido por Stane Dolanc, secretario del partido yugoslavo y uno de los principales colaboradores del presidente Tito. Carrillo también recordó en la capital yugoslava la proximidad de su viaje a Estados Unidos, el día 14, donde pronunciará dos conferencias en las Universidades de Yale y Harvard y visitará varios centros culturales, algunos de conocida tendencia conservadora.En ciertos medios políticos de Yugoslavia se ha vinculado este viaje de Carrillo a Belgrado con el efectuado por Berlinguer a Yugoslavia, el pasado 3 de octubre. En esa oportunidad, el jefe del Partido Comunista italiano examinó con Tito la situación de las relaciones entre los llamados partidos eurocomunistas y la Unión Soviética. Tras su entrevista; Berlinguer y Tito reiteraron en una declaración su deseo de «independencia» para todos los PC, y se refirieron a la necesidad de que las discrepancias entre los partidos «hermanos» se superen en el «interior» del movimiento comunista y en un clima de «comprensión». Pocos días antes, Manuel Azcárate, del comité ejecutivo del PCE, examinó también en Belgrado la cuestión de las relaciones interpartidos.

Después de las conversaciones de Berlinguer con Tito, en Belgrado, se sugirió que el presidente yugoslavo le había transmitido al líder del PCI la «disposición» del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) a no hacer públicas, en adelante, sus discrepancias ideológicas con los comunistas de Europa occidental. El pasado día 3, luego del incidente de Carrillo en la capital soviética, Berlinguer se abstuvo de comentarios críticos para los dirigentes soviéticos.

PCI y PCF callan

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Según se indica en medios comunistas italianos, la próxima entrevista de Carrillo con Berlinguer se ha preparado a pedido del líder español. Jean Kanappa, del Partido Comunista francés (PCF), declaró el sábado pasado que su partido no ahorraría críticas al soviético «si efectivamente se confirmaba» la prohibición a Carrillo en la URSS. Al día siguiente, la agencia Tass expresó en un comentario que a Carrillo se le habían ofrecido en la URSS otras ocasiones de hablar. Ante ese comentario, el PCE manifestó que para el discurso de Carrillo prohibido en Moscú se había fijado fecha con antelación, lo mismo que para su regreso. Pero tanto el PCI como el PCF no volvieron, ni el lunes ni ayer, a hacerse eco de la disputa.

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