En el Palacio Real

Días pasados, acogiéndonos a los beneficios de un grupo de empresa. varias familias decidimos visitar el Palacio Real.Si bien son dignas de admiración las riquezas y obras de arte que en él se pueden contemplar, éstas se vieron empañadas por el trato que allí recibimos, puesto que, desde que comenzarnos la visita hasta que salirnos, fuimos manejados por un personal más especializado en conducir animales que personas -valga la expresión.

Reconocemos que debe ser tarea ingrata tratar todos los días con ciudadanos de mejor o peor educación, pero entendemos que ése debe de ser un oficio para profesionales.

Durante esta visita a palacio, coincidimos con la llegada del helicóptero que traía al presidente de México de la localidad de Caparroso y, lógicamente, la curiosidad natural hizo que algunas personas del grupo se asomaran a las ventanas para verle -entre cristales-, lo que expoleó el mal carácter de algunos ordenanzas que, escudados en razones de horario, amonestaron a la gente de forma desmesurada.

Por otra parte, la persona que en la sala del comedor controla las entradas, haciendo gala de una mala educación y de un carácter impropio de las canas de su cabello, nos las pidió con un abuso de fuerza y exigencia que dejó pasmados basta a los menores que nos acompañaban.

Con tanta joya artística corno existe en cada sala, ¿se puede resumir la explicación de Ias mismas con las palabras que cabrían en dos renglones de esta cartag Esto último lo decimos porque nos mostraron 44 habitaciones cm 45 minutos de reloj.