Gobernar sin el Parlamento: destruir la democracia
«El pacto de la Moncloa no hubiera sido posible sin las dotes suaristas de gobernar por encima, por debajo, pero de ningún modo con el Parlamento; pero tampoco sin la obsesión comunista de renunciar a su papel minoritario de oposición, que es el que le corresponde con arreglo a los votos de que disponen. Al PSOE no le ha quedado otro remedio que entrar en el juego -parece que a regañadientes para no quedár aislado en el papel de aguafiestas.La eficacia del programa común -no sobresale por ninguna originalidad especial- está aún por ver. Pero el golpe que ha sufrido la naciente democracia es ya una realidad. Ex, franquistas y comunistas, que acaban de descubrir la democracia, parece que todavía no han aprendido la lección principal: una democracia sólo se consolida por la vía democrática. Justamente en período de crisis es cuando con mayor cuidado hay que evitar otros caminos más expeditivos, máxime cuando, como en nuestro caso, se cuestiona su operatividad incluso antes de ponerla en furicionamiento. Si cabe entenderse mejor en palacio que en las Cortes, si los problemas del país se resuelven mejor fuera del Parlamento, o atinamos con instituciones democráticas más eficaces y representativas que las parlamentarias, tomemos buena cuenta de ello y saquemos las consecuencias pertinentes; pero no releguemos al Parlamenteo a pura batalla, done se acuerda en público lo que se pactó en privado. Así no sólo se construye una democracia; así es como se empieza a destruirla.
3 noviembre
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