Suárez, Bonn y Bruselas
El presiderite del Gobierno español, Adolfo Suárez, inicia hoy en la República Federal de Alemania la tercera etapa de su gira europea con un doblete de 48 horas sobre Bonn y Bruselas. El viaje presidencial, que empezó de manera embarullada y confusa por La Haya, Copenhague, París y Roma, entra ahora en su recta final, a pesar de que permanece pendiente un último viaje: la visita a la capital del Gran Ducado de Luxemburgo.Las improvisaciones y reveses de la primera parte de esta gira, destinada a presentar a posteriori la candidatura de España al ingreso en la CEE, llevada a Bruselas por Marcelino Oreja a finales de julio, perdió interés y fuerza a finales de septiembre, cuando el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de las Comunidades Europeas decidió otorgar el «sí» político de principio y encargó a la comisión europea el estudio formal de la candidatura hispana. Desde entonces, el tema comunitario palideció sensiblemente y la visita de Suárez a Londres y a Dublín quedó marcada por cuestiones bilaterales tales como el tema de Gibraltar y la situación de la industria pesquera española en las ampliadas y celosas aguas comunitarias.
En la capital federal también serán las cuestiones bilaterales las que condicionen el diálogo Suárez-Schmidt, aunque en ellas se incluya, de manera inevitable, el tema comunitario, y de manera especial el deseo español de que Bonn clarifique su postura sobre el futuro político de la Europa hacia la que camina España. Asimismo Madrid está interesado en la posición alemana frente al período de transición o de negociación inevitable al ingreso de la Península Ibérica en el ámbito comunitario y, en particular, en lo que se refiere a la situación de los emigrantes españoles con sede en el territorio de la CEE. Se recuerda aquí que el canciller Schrnidt presentó en la cumbre europea de Londres el deseo de Bonn de establecer una especie de cuarentena para los emigrantes de las naciones aspirantes al ingreso -España, Grecia y Portugal-, similar a la que Francia e Italia querrían para nuestra agricultura durante la negociación y durante el mismo proceso de integración.
La voluntad política europea de ampliar su territorio a las jóvenes democracias del sur del continente se demuestra con hechos y no con buenas palabras. Con hechos en los que se incluye la necesidad del apoyo financiero de la Comunidad en busca de la homologación de las economías de los candidatos y de los países miembros, bien a través del fondo de ayuda, insinuado por la comisión europea, o por medio de una cooperación bilateral irnportante como la esbozada en las informaciones que, a principios del pasado verano, hablaban de un Plan Marshal federal en favor de España y Portugal.
Estos serán, sin duda, los temas de interés bilateral y comunitario que habrán de surgir en Bonn, donde el Gobierno federal parece interesado e impresionado por el pacto de la Moncloa, mientras se debate en sus contradicciones político-jurídicas sobre el terrorismo y el comunismo. A ellos puede que, con menor Intensidad, se sumen otras cuestiones tales como el eventual acercamiento de España a la OTAN, el nivel de los intercambios comerciales, el largo debate del sistema Pal de la televisión en color y el futuro del hospital alemán en Madrid, declarado monumento nacional.
Bruselas, con la OTAN al fondo
En Bruselas, las conversaciones con el Gobierno belga tendrán aspectos similares a las que se desarrollen en Bonn, con profundización en el tema del futuro político de la CEE, del que el primer ministro, Leo Tindemans, es promotor con su informe sobre la «unión política», que, por el momento, parece congelado.
En la Capital belga Suárez entrará también en contacto con la administración comunitaria. El encuentro previsto con el presidente de la comisión, Roy Jenkins, deberá marcar el ritmo y el procedimiento del proceso integrador y el status de España durante el que se prevé largo período de acercamiento al Tratado de Roma. Aquí Suárez podrá pedir un trato especial para los candidatos en materia financiera y comercial, así como exigir una situación de privilegio para temas bilaterales conflictivos España-CEE tales como la pesca, la situación de los emigrantes y la continua práctica de la salvaguardia comercial por parte de varios países comunitarios. Tampoco se excluye la posibilidad de que la CEE intente, en esta ocasión, propiciar una ampliación o renegociación del Acuerdo Comercial Preferencial de 1970. Adaptación hoy sin interés alguno para España si no incluye contrapartidas agrícolas y laborales en la perspectiva de la ampliación.
Por último, también en Bruselas se encuentra la sede de la OTAN y con ella la posibilidad de un encuentro de Suárez con el secretario general de la organización, Joseph Luns, y con el primer militar aliado, general Haig. Estos encuentros no están previstos formalmente, pero podrían ser improvisados o programados para fechas posteriores.
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