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Organización de lesbianas en el País Valenciano

El Collectiu de Lesbianas del Front d'a liberament del País Valenciá, la primera y hasta ahora única asociación de lesbianas que existe en España, está pasando un momento de crisis interna debido a disparidades ideológicas de sus miembros y a las adversas condiciones que encuentran para desarrollar su programa de lucha.El Collectiu se constituyó hace más de un año, en el primer congreso de marginados que se celebró en Valencia en 1976, y hasta ahora funcionó a niveles muy restringidos. Aunque han colaborado con otras organizaciones feministas que se mueven en el ámbito del País Valenciano, su actividad se ha centrado principalmente en la discusión teórica sobre homosexualidad y feminismo. En el seno del Collectiu se han enfrentado dos posturas: la de las que propugnan la creación de un frente de liberación sexual-amplio que integre a mujeres y hombres y la de las feministas a ultranza, para quienes «un hombre siempre es un machista, aunque sea homosexual».

«Nosotras no estamos reivindicando que se nos llame lesbianas y después se nos acepte -dice el manifiesto de Collectiu-, sino la posibilidad de expresarnos libremente, sin,el rechazo de la sociedad. No queremos que se nos juzgue en razón de nuestra alternativa sexual, ya que, de hecho, ser homosexual no determina ningún tipo de comportamiento especial.» Una lesbiana es una mujer capaz de amar a otra, tanto en el aspecto efectivo como en el físico», señala también dicho manifiesto.

Las reivindicaciones del Collectiu son similares a las que plantean las asociaciones de homosexuales: derogación de la ley de Peligrosidad Social, implantación del divorcio, liberalización de anticonceptivos y aborto, reconocimiento del derecho que tiene todo ser humano de disponer de su propio cuerpo, etcétera.

Pero los problemas de las mujeres homosexuales presentan un cariz específico. « La tolerancia de la sociedad hacia las lesbianas es falsa. A efectos sociales, la lesbiana no existe, está totalmente ignorada», afirma una miembro del Collectiu.

«Tenemos que aclarar ideas en el plano teórico y, sobre todo, llevar el problema a la calle. Pero las dificultades que se oponen a ello son múltiples. Por una parte algunas organizaciones feministas mantienen una actitud recelosa con nosotras y, por otra, las propias mujeres del Collectiu vamos perdiendo las ganas de trabajar en esto y, poco a poco, nos desmoralizamos.»

A pesar de esta serie de dificultades, el Collectiu sigue funcionando como organización, la primera y única de tal naturaleza que existe en España, lo que explica, en cierta manera, la crisis que padece.

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