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Divergencias entre los productores de café

El mercado internacional de café atraviesa uno de los periodos más críticos de su historia. Productores y consumidores se enfrentan en una batalla desigual, unos para defender las posiciones conseguidas y otros para conseguir una disminución de los precios.Brasil y Colombia, primer y segundo productores del mundo se han venido acusando mutuamente de ser los provocadores de las distorsiones en el mercado internacional del café. Hace muy poco, Colombia, gravemente afectada por los descensos en el consumo mundial del producto, que llegó al 20% con respecto a 1975, redujo los precios de exportación de tres a dos dólares la libra, Inmediatamente, Brasil acusó a Colombia de practicar una política «suicida». Los exportadores brasileños sostienen que los precios internacionales no deben descender por de bajo de los tres dólares la libra.

Colombia explicó que la responsabilidad de la caída mundial de los precios del café se debió a que los exportadores brasileños, deseosos de aprovecharse de las altas cotizaciones del producto, sacaron al mercado más café del que Colombia y Brasil habían acordado para el primer semestre del presente año. Según los responsables de la política cafetera colombiana, ambos paises se habían puesto de acuerdo para que Brasil solamente exportase seis millones de sacos de sesenta kilos cada uno en los primeros seis meses de 1977. Sin embargo, los exportadores cariocas colocaron en el mercado dos millones de sacos más sobre esta oferta y provocó el acaparamiento por parte de los importadores.

Colombia, que obtendrá una abundantísima cosecha este año, al igual que Brasil, mantiene el criterio de establecer una política moderada de precios, suficientes para cubrir los costos de producción y capaces de ser absorbidos por el mercado.

En Brasil, aparentemente, la política es distinta. Brasil trata de mantener las cotizaciones de su café a tres dólares la libra, y presiona a Colombia para que haga otro tanto. Este último país, sin embargo, ha anunciado oficialmente que venderá sus existencias, calculadas en más de cinco millones de sacos de sesenta kilos, a finales de este año, a dos dólares la libra.

Sin embargo, en los mercados internacionales la caída de los precios es constante, y tan sólo ha sido posible detenerla con la decisión adoptada hace cuatro días en San Salvador, por el grupo latinoamericano de productores (al que no pertenecen ni Colombia ni Brasil), en el sentido de suspender las ventas hasta enero de 1978, fecha en la que dicho grupo de productores espera que los mercados internacionales se hayan estabilizado.

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