La visita de los Reyes a Arabia no tendrá resultados espectaculares
A primera hora de la tarde del domingo, el rey Juan Carlos y el rey Jaled de Arabia Saudita se saludaban y besaban en una mejilla en el aeropuerto de Riad, al pie de la escalerilla del avión español que condujo al Rey y a la Reina a este país. Tras los Reyes, los ministros españoles de Exteriores e Industria y su equipo de diplomáticos y expertos económicos, que mantendrán una ronda de negociaciones, especialmente hoy, con las autoridades saudítas. Representantes de una veintena de empresas españolas públicas y privadas de sectores como el químico, la construcción, ingenieria y sanidad.
A pesar del importante acontecimiento político que la presencia del Rey español implica y de la aparatosa y eficaz hospitalidad que se le ofrece, no pueden esperarse resultados inmediatos espectaculares de esta visita, señalaron los ministros españoles a los periodistas de nuestro país en Riad, en la noche del domingo.El séquito del rey Juan Carlos permanecerá alojado, en los tres días de estancia en Riad, en el palacio de Nasariya, residencia real de invitados oficiales. El palacio fue residencia de trabajo del rey Saud, y ahora está especialmente acondicionado para visitas de jefes de Estado. El rey Jaled acompañó al rey Juan Carlos hasta su residencia oficial, donde tomaron el tradicional café árabe. Poco después, en la residencia del rey Jaled, se celebró la primera cena oficial de honor. Los reyes de ambos países intercambiaron condecoraciones -collar de la Orden de S. M. Rey Abdul Aziz y collar de la Orden de Isabel la Católica- y el monarca saudita ofreció regalos a los Reyes españoles, consistentes en una espingarda con piedras preciosas y un aderezo de brillantes de Van Kleej. El rey Juan Carlos regaló al rey Jaled dos valiosas escopetas. A la cena asistieron 250 comensales varones. A la Reina le fue ofrecida la cena en otra sala cercana del palacio, por las princesas de la corte. Un espectacular desfile de vehículos -Rolls, Mercedes, Cadillac- precedió la cena El séquito español llegó encabeza do por el Rolls en que viajaba el rey Juan Carlos, y seguido por una veintena de idénticos Mercedes 280.
La presencia de la Reina en el viaje y su participación -en segundo término- en los actos del aeropuerto, constituyen una nota poco habitual en este país. Según la costumbre árabe, las mujeres no pueden asistir a actos públicos. La Reina vestía falda larga, manga larga y cuello cerrado.
Los contactos políticos y económicos que protagonizan lo dos ministros españoles, al margen de las conversaciones de más alto nivel del rey Juan Carlos con el rey Jaled y el príncipe Fadh, se centran, según manifestaron los ministros en lo siguiente: Información sobre el conflicto de Oriente Medio y la situación del sur de la península arábiga -Yemen, emiratos-, la evolución de los problemas de los países del cuerno de Africa, -Somalia, Etiopía-, actitud de los países relacionados con el Magreb, y otros temas de interés bilateral, como son las relaciones españolas con la CEE y Latinoamérica.
En lo económico, el interés se centra en la obtención de financiación que recicle petrodólares, la apertura de brecha en el mercado saudita, tanto a través de venta directas como de asistencia técnica y el estudio de posibles inversiones
La mañana de ayer fue la dedicada a los contactos y negociaciones más formales. En el Ministerio de Planificación, los sauditas expusieron al Rey español, ministro y técnicos las características del actual plan quinquenal (q. 1975-80), para el que hay presupuestada una cifra superior a los once billones de pesetas. La Reina asistió a la exposición, para luego visitar el Hospital Feisal. Posteriormente, el Rey y acompañantes mantuvieron conversaciones con el Gobierno saudita, con Jaled y Fadh durante media hora, y posteriormente las dos delegaciones, con intervenciones del rey Juan Carlos, y los ministros y técnicos españoles.
Por la tarde la expedición española estaba invitada a presenciar carreras de caballos y camellos en el hipódromo y, posteriormente, a una cena con el príncipe heredero Fadh.
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