Comienza el Concilio Pastoral de Galicia

Ayer dio comienzo en Santiago la cuarta reunión general del Concilio Pastoral de Galicia, que se inició en el año 1974. Asisten el arzobispo de Santiago y los obispos de las diócesis gallegas, menos el de Orense, monseñor Temiño, ausente por enfermedad. En total participan en las sesiones, que durarán hasta el domingo, 220 personas que representan a las diócesis de Santiago, Mondoñedo-El Ferrol, Lugo, Tuy-Vigo y Orense. La temática de esta cuarta reunión conciliar gallega se refiere a la vida y ministerio de los sacerdotes, los religiosos en Galicia y la pastoral vocacional.Según los datos facilitados en la sesión inaugural por el arzobispo compostelano, monseñor Suquía Goicoechea, el panorama actual de la vida sacerdotal y religiosa en Galicia comprende un total de 2.733 sacerdotes, 4.732 religiosos y 108 seminaristas mayores. La diócesis de Santiago es la que tiene mayor número de sacerdotes, 1.029, y la de Tuy-Vigo está en la cola, con 267. Entre el 70 y el 75% de dichos sacerdotes se distribuyen en el campo y en el litoral gallegos, mientras que el 25 o el 30% ejerce su ministerio en las zonas urbanas.

La distribución de los religiosos es prácticamente inversa. Cerca del 80% está en las ciudades y sólo el 20% reside en las zonas rurales o en el litoral. Una cuarta parte de estos religiosos se dedica a la vida contemplativa, la mayor parte del resto a la enseñanza y otra menos numerosa a la asistencia de enfermos y ancianos. Al apostolado diverso dedica su atención una mínima parte de los religiosos que trabaja en Galicia, los cuales pertenecen sobre todo a institutos femeninos (3.915) y en menor número (827) a los masculinos. La diócesis que tiene en estos momentos más seminaristas mayores es la de Orense (54), mientras que sólo hay cuatro en la de Mondoñedo-El Ferrol.

El arzobispo de Santiago contestó ayer a la pregunta de si el concilio gallego tiene algo que decir en las actuales circunstancias de Galicia, asegurando que es mucho lo que puede responder «en este ambiente tenso y difícil por estabilizar la democratización y lograr las autonomías, en medio de las actividades desbordantes de los partidos políticos- y de los sindicatos, y bajo el peso de una crisis económica que cada día se agudiza y extiende más».