UGT puntualiza al Ministerio de Trabajo

La preocupación mostrada por el Ministerio de Trabajo en torno a la debilidad de los actuales cauces representativos de los trabajadores en el ámbito de la empresa y la dificultad de negociación de dicho Ministerio con las centrales a causa del desacuerdo entre CCOO y UGT (véase EL PAIS de ayer) ha originado una puntualización al respecto por parte de la comisión ejecutiva de la Unión General de Trabajadores.

Explica UGT que «el grado de sindicación en el país es ya estimable y se puede comparar a los existentes en algunos países europeos. Y ello sin que las centrales democráticas hayan recuperado su capacidad jurídica de negociación, por lo que la UGT confía y desea que una vez recuperada dicha capacidad jurídica, la tasa de afiliación se incrementará sensiblemente en relación a la actual. A nuestro juicio, esta evolución no sólo es favorable a las propias centrales sino a todo el conjunto del país».Agrega UGT que «esa supuesta debilidad de cauces representativos jamás se puede imputar a las centrales sindicales y sí al propio Gobierno, cuyo Ministerio de Trabajo ha sido incapaz hasta el presente de elaborar una alternativa sindical para la empresa, manteniendo por el contrario la ya fenecida estructura verticalista».

Asimismo, UGT rechaza que los diferentes criterios que sobre las relaciones sindicales puedan tener UGT y CCOO sirva de justificación a la inoperancia del Ministerio de Trabajo y del propio Gobierno. «Actualmente las siete centrales sindicales que han mantenido reuniones conjuntas con la Administración están todavía en espera de una convocatoria para continuar las conversaciones interrumpidas unilateral mente el pasado día 14 de septiembre, sin haber recibido el borrador preparado por el Ministerio de Trabajo; cuya entrega fue acordada en aquella fecha.»

En todo caso, «UGT manifiesta que las diferencias de sus tesis y las de CCOO no están basadas en motivaciones de tipo formal, sino de una filosofía global del papel que debe desarrollar el sindicalismo en una sociedad democrática» y planteada la cuestión en estos términos, «el Gobierno no tiene otra opción que decidirse entre un sistema de relaciones industriales que contemple el protagonismo de las centrales u otro que potencie los movimientos asamblearios».