Preocupación en la CEE por las restricciones norteamericanas en las ventas de acero

La decisión de la Administración norteamericana de imponer medidas antidumping a los cinco principales productores de acero japonés provoca cierta inquietud en los medios comunitarios de Bruselas. Estados Unidos considera que los cinco grandes de la siderurgia nipona vendieron acero al mercado norteamericano a precios inferiores al 32% de la cotización normal. El Departamento del Tesoro, después de una investigación que duró noventa días, condena ahora a las empresas japonesas a pagar la diferencia, por prácticas de dumping comercial.

Los europeos, que temen ser las nuevas víctimas después de los japoneses, preparan todo un dossier para defender de las posibles acusaciones de empresas siderúrgicas estadounidenses a la siderurgia europea de prácticas de dumping. La semana pasada, en Bruselas, Robert Strauss, consejero, especial de la Casa Blanca para asuntos comerciales, dio garantías a los responsables de la CEE de que Estados Unidos «evitará la imposición de cupos a la entrada de acero europeo».En Bruselas se sigue de cerca la evolución de las empresas norteamericanas del sector siderúrgico. Se teme, con razón, que los últimos. acontecimientos, como la reducción del 10% de la producción de Bethlehem Steel, con pérdida de empleo para 7.000 personas, junto con la eliminación de otros 3.000 puestos de trabajo por parte del gigante de la siderurgia americana, U. S. Steel, haga cambiar de opinión a la Casa Blanca. Jimmy Carter podría verse obligado a controlar las importaciones de acero comunitario, como controla ya las de acero japonés.

Las previsiones en el sector de acero europeo se enfrentan, además de los litigios con Estados Unidos, a tensiones entre Estados miembros de la Comunidad. Francia acusa a Italia de exportar a bajos precios redondos de acero para la construcción y otras variedades. París critica abiertamente las miniacererías italianas de Brescia, que exportan a Francia a precios inferiores en un veinte o 25% a los practicados por los demás productores de la CEE.

Las autoridades comunitarias anuncian que practicarán unas cuarenta investigaciones en empresas de la CEE, destinadas, ante todo, a recoger informes para valorar la influencia del plan anticrisis elaborado por Ettienne D'Avignon, miembro de la comisión europea, reservan sus impresiones sobre los resultados de la encuesta. Intentan poner orden entre los productores italianos, a fin de evitar una ruptura en la libre circulación de productos CECA en el interior de los nueve.

Se destaca que los tres grandes de la siderurgia mundial, Estados Unidos, Japón y el Mercado Común, proponen contactos estrechos destinados a evitar una guerra del acero, de incalculables consecuencias para el libre cambio internacional. La semana pasada, en París, en el marco de la OCDE, americanos, japoneses y europeos declararon unir sus esfuerzos para atacar los males de fondo de la actual crisis siderúrgica internacional: un control de los intercambios mundiales, la fijación de precios mínimos para el acero y, a largo plazo, una política de cambio estructural en la siderurgia mundial.

Tres temas que seguirán centrando la nueva reunión tripartita de finales de noviembre en París. Tres temas que estarán también en el orden del día del congreso anual del IIS (Instituto Internacional del Acero), en Roma.