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Amsterdam

Vuelvo a Amsterdam con viento y lluvia, El florín está más caro y las gaviotas de los canales- están más viejas. Traemos una exposición de Cuixart, o creemos traerla, porque los cuadros se han quedado en España, retenidos por el Ministerio de Comercio. Cuando Europa no quiere nada nuestro, lo único que tenemos para exportar, o sea el arte, lo retiene el Ministerio-, por si acaso. A lo mejor ahora, con la Generalitat, a Cuixart, que es catalán, se le arreglan mejor las cosas Muchachas rubias y drogadas en la noche holandesa.Llega Baltasar Porcel, efectivamente, desde Barcelona, trayéndonos la noticia de lo de la Generafitat, que aquí, en Arnsterdarn, se le pasan a uno esas cosas, y luego se va cantando bajo la lluvia, con un paraguas, por las calles de la ciudad. Dice que nos va a dar un libro que ha escrito sobre Tarradellas pero no nos lo da. 0 sea, que seguimos disfrutando la versión hagiográfica de Elíseo Bayo. Estamos aquí, varados en Amsterdam, punta de españoles perdidos en torno de un gran Pintor catalán, a la espera de unos cuadros que ha retenido un Ministerio de los de vuelva usted mañana.

José Miguel Ullán fuma silencioso y solitario, reconcentrado en su morenez, pensando en la generación del 27, que dice que no vale tanto como dicen. Miguel Femández Braso y señora se toman una copa en silencio matrimonial. Amilibia le explica la receta del besugo Fuenterrabía a un pintor francés que es como un nieto de Artaud. El pintor, Cuixart, está de guardia en la barra del bar, noche y día, disimulando los nervios de la espera con su conversación en tres idiomas. Victoria sonríe siempre con su sonrisa rubia de niña bien del paseode Gracia.

Me llaman de La Haya:

-Señor Umbral, que va muy bien lo de los cuadros.

A mí nunca me había -llamado nadie de La Haya, de modo que ya me siento europeo de pleno derecho,-cosa que aún no le pasa a Suárez. José María Castroviejo, diplomático, -hijo de José María Castroviejo, me saluda y me dice que esté tranquilo.

Yo creo que este hombre se ha portado muy bien en lo de los cuadros, pero los cuadros llevan veinte días en el papeleo nacional. Alguien comenta que los obreros españoles no encuentran tantos problemas para el exilio laboral en Europa. Dicen que ahora se vigila el expolio del patrimonio artístico y la salida de riqueza. Ahora que, como diría Tamames, toda la pastizara está ya fuera.

Luis Gamón, banquero florentino reencarnado en Cataluña, me explica toda una cultura de vinos que nunca beberé. El clan Cuixart vive la impaciencia y la espera. De la Embajada y del aeropuerto llaman con noticias más o menos dubitantes. Ramón Galisteo anda a puñetazos verbales con.la Administración y con las mujeres de la noche nórdica. Marta, la traductora, pone bálsamo uruguayo y paz en los nervios del grupo. Todo un relajo. Liwda- Lovelace sigue afeitándose el pubis aciámara lenta en todos los cines de la ciudad, como la última vez que estuve aquí, y en los letárgicos sex-living, efectivamente, las impúberes canéforas aparecen rasuradas al gusto del bajo Egipto. Es la última moda europea, madame.

Pero los cuadros no llegan.

Arristerdam es un silencioso fluvial de canales,-un perfume de dróga y un trajín de japoneses con sus nikon imp!acables. La señorita rubia y drogada fija en mí sus ojos desmesurados como si viera salir de mi abrigo arcángeles sexuales y novios de la muerte. Pero yo tengo muchosueño.

Amilibia y yo compramos sexos electrónicos y orgasmos a pilas para nuestras castas amigas españolas. Los cuadros no llegan. Hay unas ventanillas por donde se mete un florín y se ve el juego falso de unas falsas sáficas en un patio. Casi como en los famosos ready de Duchamp. Lo poco que tiene para exportar esta pobre península, el arte que hemos hecho, duerme un secuestro de burócratas. Es más fácil exportar un bracero que exportar un cuixart. Allá, en Madrid, la Administradión anda en su histeria p erezosa de papeles y aquí, en Arnsterdam; el pintor, o sea la víctima, espera digno al pie de una arra. Vuelva usted mañana. (Los cuadros llegaron tarde.)

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