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'Una sensacion general de desencanto'

El almirante Rosa Coutinho uno de los ángeles caídos de la Revolución del 25 de abril, era hasta el pasado 23 de agosto el oficial de mayor graduación del ejército portugués por el escalafón. El almirante Rojo -de cuatro estrellas- como se le llama en la calle, fue pasado a la reserva por el Estado Mayor de la Marina después de un juicio en el que le imputaron duras acusaciones próximas a la conjura y la rebelión. Rosa Coutinho fue totalmente absuelto, pero sus superiores decidieron pasarlo a la reserva porque en su autodefensa vieron actitudes políticas no compatibles con el espíritu militar.«Si me hubiera defendido un abogado habrían pasado a la reserva a mi defensor», nos decía el almirante en el curso de una conversacion que nos atrevemos a publicar y en la que Rosa Coutinho recordaba que había recurrido al Tribunal Supremo, que de no pasar a la reserva habría sido el oficial de mayor graduación durante los diez próximos años y que estaba considerado como el enemigo número uno de las fuerzas de la OTAN con sede en Portugal.

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EL PAIS: ¿Cómo está Portugal?

Rosa Coutinho: La situación portuguesa se caracteriza por una sensación general de desencanto. Un desencanto en la población que, por lo menos, se proyecta hacia el futuro próximo. Las personas no creen en nada. No creen que el sistema actual les va a conducir a la consecución de beneficios de naturaleza económica y social en su vida real.

'La revolución fue cortada'

EL PAIS: ¿La culpa es del Gobierno?

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R. C.: El principal problema del Gobierno es su falta de credibilidad. Y ello tiene el agravante de que parece difícil encontrar hoy un Gobierno con credibilidad.

EL PAIS: ¿Y la revolución, fue borrada de la Constitución y de la vida cotidiana?

R. C.: La Constitución portuguesa es abierta y constituye un orgullo de la revolución. Pero últimamente se viene rectificando con determinadas decisiones de naturaleza legislativa aprobados por la Asamblea. Decisiones que falsean el espírítu de la Constitución. Todos sabemos cómo incluso la propia justicia puede ser falseada por una legalidad aparente, y esto es lo que ha pasado en el último período legislativo. Yo tengo la convicción de que muchos diputados, de que mucha gente, es contraria a estas iniciativas. La revolución fue cortada. Yo no llamo revolución a lo que está en curso, aunque no pienso que las conquistas del 25 de abril se puedan perder.

EL PAIS: «Y las fuerzas armadas, que fueron motor revolucionario?

R. C.: El Movimiento de las Fuerzas Armadas está plasmado en la Constitución, pero sólo eso. Como Movimiento organizado ya no existe. Sólo queda como organismo constitucional el Consejo de la Revolución, pero esto no es un Movimiento. No puede llamársele así a un grupo de quince personas sin una organización como la que tuvo el MFA, del que sólo queda el espíritu y nada más.

EL PAIS: ¿Son conscientes los militares del entierro legal de la revolución?

R.C.: Apenas una parte.

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