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Reportaje:La huelga de la prensa de Madrid

Protesta generalizada de los medios informativos

Poco después de las cuatro de la tarde del jueves se inició, en la plaza del Descubrimiento (antes Colón), la manifestación de periodistas y trabajadores de prensa, convocada el día anterior por las centrales sindicales y por la comisión gestora para la Unidad de los Periodistas. En la misma se exhibieron distintivos de todas las centrales y pancartas en las que se condenaba el atentado sufrido por El Papus y otros medios de comunicación. Alrededor de 3.000 personas asistieron a la manifestación, que recorrió el último tramo de la calle de Serrano, plaza de la Independencia, Alfonso XII, Espalter, plaza de Murillo y paseo del Prado, hasta llegar a la antigua casa sindical, delante de la cual los. manifestantes guardaron un minuto de silencio en señal de duelo por la muerte de Juan Peñalver, conserje de El Papus, muerto como consecuencia de la explosión de la bomba.A la cabeza de la manifestación, en una primera fila, se situaron todos los directores de los periódicos de información general -excepto el de El AIcázar- de Madrid, así como los senadores reales José Ortega Spottorno y Víctor de la Serna, presidente del consejo de administración de EL PAIS y presidente de la junta de fundadores de Informaciones, respectivamente. En una segunda fila, sosteniendo una enorme pancarta, en la que se leía «Trabajadores, información y artes gráficas solidarios con El Papus. Basta ya de atentados» y firmada por las centrales sindicales USO, CNT, UGT, CSUT, SU y CCOO se situaron representantes de estas centrales. Detrás de ellos, los diputados socialistas Alfonso Guerra, Gómez Llorente, Javier Solana, Vicente Sotillo, Cipriano García, Manuel Marín González (del PSOE), Ramón Tamames (PCE), Martín Toral y Rodolfo Guerra (PSC) y representantes de otras formaciones políticas.

La manifestación, que recorrió unos dos kilómetros, se desarrolló pacíficamente, aunque en algunos tramos se rompió la consigna de silencio pactada con el gobernador civil de Madrid, al pedir a gritos la dimisión de Martín Villa (que una asamblea de periodistas y trabajadores del sector había acordado solicitar formalmente el día anterior), así como otros gritos alusivos a los últimos atentados de la extrema derecha. Al pasar por delante de la embajada de Chile se gritó Pinochet, asesino. Al llegar a la plaza de la Independencia, los directores de los periódicos abandonaron la manifestación. También abandonaron la misma los senadores reales y los diputados y senadores citados.

La manifestación, para cuya celebración fue cortado el tráfico por la Policía Municipal, llegó a la casa de la AISS, a las cinco y media.

Inmediatamente después de la manifestación, alrededor de un millar de personas se reunió en el salón de actos de los antiguos sindicatos, para decidir una postura común a adoptar. Uno a uno, los representantes de los periódicos, agencias, revistas, emisoras de radio y talleres de artes gráficas, informaron de la situación en cada uno de sus medios, en la mayoría de los cuales se habían celebrado asambleas. Diario 16, Pueblo, talleres de ABC, Pyresa, Marca, Arriba, EL PAIS y los periódicos de los partidos se mostraron favorables a la huelga (algunos de estos medios hicieron un llamamiento a la misma), en tanto que el resto de periódicos, agencias, revistas y emisoras de radio manifestaron que aceptarían (o intentarían acatar) la decisión de la mayoría de los trabajadores del sector allí presentes.

Tras un debate sobre la conveniencia de la huelga, se votaron dos propuestas concretas, las dos de huelga general de veinticuatro horas. la primera proponía que se iniciase a las ocho de la tarde del mismo jueves, en tanto que la segunda planteaba retrasar el paro a las ocho horas de la mañana de ayer, viernes. Tras una votación a mano alzada, triunfó por amplia mayoría la primera de las propuestas.

Posteriormente se creó un comité de huelga, que se instaló en el Club Pueblo, para centralizar la información sobre la misma y coordinar las distintas acciones.

Reunión de los directores

A las siete se reunió la junta directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid, con asistencia de los directores de los periódicos, con el fin de estudiar la situación creada con la decisión de ir a una huelga general. Todos los directores se mostraron contrarios a la huelga, por considerarla políticamente inoportuna. La propuesta de los directores incluía paros de una hora de duración en las redacciones, destinar el producto de la venta de los diarios de ayer, así como un día de haber de todos los trabajadores de los periódicos, para ayudar a la familia de la víctima del atentado y organizar una asamblea general de redactores, con o sin carnet, para buscar fórmulas de amplia y eficaz representación. Asimismo, incluía la pública expresión de protesta ante las criminales acciones de los llamados incrontrolados y una censura al Gobierno por su incapacidad para hacerles frente. Los directivos de los periódicos intentaron negociar con el comité de huelga, a lo que este último se negó. A la reunión acudió el gobernador civil de Madrid, convocado, al parecer, por el presidente de la Asociación y ante la sorpresa de algunos directores, el señor Rosón ofreció su ayuda para mediar en el conflicto.

Asambleas en todos los periódicos, y piquetes

Conocida la decisión de la huelga general, se celebraron asambleas en todos los periódicos. Redacción y talleres de Diario 16, Arriba, Marca, Pyresa, EL PAIS, Pueblo e Informaciones habían decidido a primeras horas de la noche no sacar sus respectivos periódicos, en contra de la voluntad de sus directores, que estimaban que estos debían ser editados. En ABC y Ya la empresa negoció con los trabajadores y redactores hasta entrada la madrugada, para que los periódicos saliesen. En estos periódicos las redacciones se mostraron partidarias (escasa mayoría) de continuar e trabajo. En Europa Press, Logos y Efe se trabajó con normalidad hasta el final del servicio.Varios piquetes de trabajadores de diversos medios se presentaron en algunos periódicos, para presionar en favor de la huelga y para intercambiar información. El escaso margen de tiempo con que se decidió la huelga y algunos fallos en el comité de huelga favorecieron, durante las últimas horas de la tarde y primeras de la noche, la circulación de una serie de noticias contradictorias en torno a si algunos periódicos iban a romper la huelga, así como una guerra de nervios en la mayoría de las redacciones. A las doce de la noche se dio como seguro que los periódicos del viernes no saldrían.

El comité de huelga confeccionó durante la madrugada de ayer un boletín de cuatro páginas, titulado Prensa en Lucha, informando sobre los acontecimientos, del que llegaron a imprimirse sólo unos pocos miles de ejemplares, por fallos de la maquinaria de la imprenta privada donde se imprimía.

El boletín, cuyo título de primera, a toda página, es «No nos callarán», incluye minuciosa cronología de atentados contra profesionales de la información y contra empresas periodísticas.

A las dos de la madrugada del viernes3os directores de los periódicos volvieron a reunirse en la Asociación de la Prensa y decidieron, entre otras cosas, hacer una declaracion que incluimos en primera página.

Paros en agencias

Por su parte, la agencia Efe realizó sendos paros de dos horas de duración en los turnos de mañana y tarde, y Europa Press, tras iniciar el servicio con normalidad, lo interrumpió a media mañana y hasta las ocho de la tarde. Logos realizó varias asambleas durante la jornada de ayer, pero no paró.Los semanarios decidieron la publicación de un editorial conjunto, condenando los atentados recientes, y en algunos de ellos se realizaron distintos paros. También acordaron pedir a los grupos parlamentarios, que creasen en las Cortes una comisión de defensa de la información. También pararon durante la jornada de ayer varios talleres de artes gráficas. Radio Nacional de España criticó a las ocho de la mañana una nota condenatoria de los hechos de sus redactores y guardó un minuto de silencio. Tanto en RNE como en RTVE, periodistas y técnicos llevaron a cabo asambleas durante toda la mañana de ayer para decidir una postura conjunta.

La primera edición de Telediario redujo su tiempo habitual a sólo quince minutos, de los cuales diez se dedicaron al tema de la huelga. Los periodistas y técnicos del programa, por boca de su director, se declararon solidarios con los periodistas y trabajadores en huelga, aunque opinaron que «un sentido de responsabilidad nos exige comparecer hoy ante ustedes para informarles, entre otras cosas, de este tema». Posteriormente, todos los trabajadores de dicho espacio guardaron un minuto de silencio.

A las 3.30 de la tarde de ayer se inició la tirada de El Socialista en la rotativa de EL PAIS, donde habitualmente se imprime. Como señal de protesta retrasó el citado semanario su edición del jueves al viernes.

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