Oreja afirma que la política exterior debe hacerse en las Cortes
Cinco grupos parlamentarios y el ministro de Asuntos Exteriores intervinieron ayer en el Pleno del Congreso, dedicado a la política exterior, que discurrió con pocas aportaciones novedosas, en tono anodino y sin calor político alguno. Marcelino Oreja definió las líneas maestras de la nueva política exterior española a la que incorpora la defensa de los derechos humanos, e insistió en las ideas de que España ya no tiene responsabilidades formales sobre el Sahara Occidental y de que la cuestión de Gibraltar es negociable, sobre la base de la soberanía española de la Roca.
Excepción hecha de la UCD, todos los grupos parlamentarios accedieron ayer a la tribuna del Congreso para exponer sus posiciones respectivas sobre la política exterior española. Monólogo y monotonía fueron las constantes de las distintas intervenciones que se centraron, esencialmente, en los siguientes temas: Comunidades Económicas Europeas, Sahara -con menciones aquí, directas o indirectas, a Ceuta, Melilla y a las islas Canarias-, Gibraltar, OTAN, relaciones con Estados Unidos, América Latina, derechos humanos, Mediterráneo, relaciones con Israel, Belice, ONU y Consejo de Europa.La oposición de izquierda (PSP, PC y PSOE) coincidió en muchos planteamientos, tales como: el «no» generalizado a la política de bloques y el acercamiento hispano a la OTAN; la necesidad de reexaminar el status de las bases norteamericanas en España, al amparo del vigente Tratado Madrid-Washington; el deseo de que se denuncie el Acuerdo de Madrid, sobre el Sahará Occidental; la defensa de los derechos humanos en Argentina Paraguay, Uruguay y Chile, como responsabilidad de la política exterior hispana, y el deseo de una integración inmediata en las Comunidades Europeas.
El grupo mixto, por boca de Raúl Morodo, insistió en favor de una proyección mediterránea de la política exterior española;Ignacio Gallego, por el PCE, pidió una participación de España en las elecciones al Parlamento Europeo por sufragio universal, a la vez que reiteraba el deseo de un Gobierno de concentración pedido por su partido. Luis Yáñez, del PSOE, también mencionó el tema del Parlamento Europeo, se interesó por Belice y exigió una política africana.
Por Alianza Popular, Silva Muñoz recriminó a la CEE y a Gran Bretaña sus respectivas intransigencias en las cuestiones de acercamiento a la CEE -en el plano económico- y en la cuestión de Gibraltar, y defendió la actual situación del Sahara y la no injerencia en la política del cono Sur de América Latina. Por último, Antón Canyellas, en nombre de la minoría vasco-catalana, habló del acercamiento a Europa y de la defensa de los derechos del hombre.
Cerró las intervenciones el ministro Marcelino Oreja, quien definió como nueva filosofía de política exterior hispana: la defensa de los derechos del hombre; la búsqueda de la paz y la seguridad; la independencia y soberanía del Estado, y la distensión y el desarme, como objetivos.
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Editorial en página 6
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