Las conversaciones de Dayan en Washington precedidas por todo tipo de especulaciones
Rodeado por un alud de especulaciones sobre sus misteriosas idas y venidas por Europa durante el pasado fin de semana, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Moisés Dayan, inició ayer en Washington sus conversaciones con la Administración Carter. La visita de Dayan, un «halcón» partidario de una política de intransigencia frente a los árabes, se considera en la capital norteamericana como «decisiva» para el futuro de la Conferencia de Ginebra y para la consecución de un arreglo pacífico en Oriente Próximo.
Dayan retrasó en dos días su llegada a Estados Unidos e hizo unas misteriosas escalas en París y Zurich, para volver después a Tel Aviv y entrevistarse con el primer ministro, Menahem Begin. La mayor parte de las interpretaciones de este extraño periplo europeo coinciden en apuntar que Dayan se entrevistó con un alto dirigente árabe. Para algunos se trataría del ministro egipcio dé Asuntos Exteriores, Ismail Fahmi, aunque éste lo ha desmentido. Para otros, Dayan habría mantenido un rocambolesco encuentro con el líder palestino, Yaser Arafat, y no falta quien apunta al canciller soviético, Andrei Gromiko, como el misterioso interlocutor de Moisés Dayan.Dada la, ayuda militar que Israel está prestando al ejército etíope, se especula también con la posibilidad de que las misteriosas escalas del ministro de Begin hayan tenido como tema esencial la situación en el "cuerno" de Africa y la guerra entre Somalia y Etiopía. En cualquier caso, nadie discute que fue algo de gran importancia lo que obligó a Dayan a volver a Tel Aviv para informar a su Gobierno, y que el tema en cuestión, sea cual fuere, estará presente en las conversaciones que ayer y hoy mantuvo el ex ministro de Defensa judío con Carter y Cyrus Vance.
Los encuentros secretos de Dayan, piensan los más optimistas, podrían significar un cambio en la política de Israel hacia los árabes. De hecho, los planes de paz del presidente Carter para Oriente Próximo se han visto gravemente deteriorados por la intransigencia del Gobierno derechista de Tel Aviv, que se niega a negociar con la OLP, a la que tacha de grupo terrorista, y que en los últimos meses intensificó la presencia judía en el territorio ocupado de Cisjordania.
Esta intransigencia podría llegar a detener la actividad mediadora de Washington en el conflicto, según se teme en algunos círculos de la influyente comunidad judía norteamericana. La base para este temor reside en unas recientes declaraciones de Carter al diario Jerusalem Post, en las que el presidente se quejaba del tiempo «enorme» que ha gastado en el conflicto de Oriente Próximo, y añadía que si no observa un interés evidente de las partes implicadas será «reacio» a continuar sus esfuerzos para sentar a árabes e israelíes en la mesa negociadora de Ginebra.
Aunque Dayan parece ser portador de una nueva propuesta de paz de su Gobierno, el optimismo es más bien escaso entre los observadores políticos. Se da por sentado que Israel quiere hacer concesiones a Egipto, devolviéndole una parte sustancial de la península del Sinaí, pero con el fin de separar a El Cairo del relativamente homogéneo frente árabe. Sin embargo, los problemas de base que separan a israelíes y norteamericanos no parecen en vías de solución. Tel Aviv se niega a admitir la creación de una «entidad» palestina en la zona y a negociar con la OLP en Ginebra. La Administración Carter considera necesaria la presencia palestina en las conversaciones de paz, aunque exige a cambio la aceptación, por la OLP de la resolución 242 del Consejo de Seguridad. de la ONU, que supone el reconocimiento del Estado judío.
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