Inmunidad parlamentaria
Siendo la inmunidad parlamentaria uno de los pilares sobre los que se asienta toda democracia, resulta verdaderamente alarmante que el Gobierno, que debiera ser el primer interesado en esclarecer los hechos para demostrar su vocación democrática, haya pospuesto la convocatoria del Pleno del Congreso de Diputados para debatir la supuesta violación de dicha inmunidad en la persona del diputado señor Blanco, relegando además dicho debate a un segundo término. Anteponer intereses de Partido a un asunto tan grave, que pone en entredicho nada menos que la convivencia democrática del país, es hacer un flaco servicio a la nación, es sentar un precedente de consecuencias imprevisibles, dando pie a otras violaciones que pueden recaer incluso sobre otros parlamentarios del mismo Gobierno. Exíjase la máxima aclaración de los hechos y pídanse responsabilidades a quien corresponda, caiga quien caiga. Ceder ahora en ese punto supondría un fraude al pueblo que nombró sus representantes en las últimas elecciones; sería dar patente de corso para toda clase de excesos antiparlamentarios; sería, en suma, minar los fundamentos de nuestra incipiente democracia desde sus primeros balbuceos.
