El Gobierno alemán, al borde de la crisis
El canciller Schmidt debe contar ya con una crisis gubernamental, aparte de las coyunturales. Su ministro de Economía, el liberal Hans Friderichs, abandona la vida pública y acepta un lucrativo puesto en la empresa privada: el de portavoz del Dresdner Bank, puesto que ocupaba Juergen Ponto cuando fue eliminado a tiros por un comando terrorista, hace cinco semanas. La impresión general en Bonn es que el canciller aprovechará la ocasión, que se presentará como muy tarde en enero, para sustituir a algunos otros titulares de carteras fatigados, según sus propias declaraciones, entre ellos, el también liberal Ertl, ministro de Agricultura, y quizá del de Defensa, el socialdemócrata Leber.Los sectores conservadores de la República Federal de Alemania (RFA) no creen que esta crisis se quede en reajuste y anticipan que la vacante dejada por la dimisión de Friderichs, que también abandonará su escaño en el Parlamento, quizá lleve a turbulencias en la coalición gubernamental.
«Mister cinco por ciento», como se le conoce irónicamente a Friderichs en su propio partido tras haber errado en el pronóstico del producto nacional bruto para este año, ha llegado a tal situación de aislamiento dentro del Gobierno y del partido, del que era vicepresidente, que no parecen razonables los temores a turbulencias que anticipan los medios informativos conservadores. Friderichs, que opta por una solución a lo Karl Schiller, su inmediato predecesor, había elegido ya anteriormente, ocupando un puesto de responsabilidad en el Partido Liberal, las ofertas de otra empresa privada, para lo cual tuvo que renunciar a sus funciones públicas, en 1962. Como sucesor en la cartera de Economía parece que será nombrado Otto Graf Lambsdorff, portavoz económico de la fracción liberal en el Bundestag. El cambio en el Ministerio parece que se producirá en octubre.
