Trece mil millones costaría una campaña eficaz para descontaminar Bilbao
La propuesta que la Comisión Interministerial del Medio Ambiente (CIMA) va a elevar al Consejo de Ministros para que declare a Bilbao y su comarca zona contaminada ha sido objeto de una aguda polémica en el seno de la Corporación bilbaína. Dos concejales, químicos ambos, han sido los protagonistas.
El concejal Alonso Alegre, de quien depende la red de control de la contaminación, insiste en que dicha red indica que no existe contaminación. Lo significativo del caso es que en su apoyo no aporte datos de dicha red, sino razones de orden económico: «Cuando hace tiempo se habló de la declaración de zona contarninada dejaron de invertirse en Vizcaya más de cien mil millones de pesetas. Hay dos o tres instalaciones que ahora mismo dudan entre montarse o no aquí y suponen unos 50.000 millones. Pido que se estudien las cosas en serio y que la CIMA no tome medidas a la ligera y por decreto. Puede marcharse lo poco que nos queda de industria.»
El concejal Arteta prefiere, sin embargo, apoyarse en el informe de contaminación elaborado por la Subsecretaría de Planificación, uno de cuyos capítulos comienza con la afirmación tajante de que los niveles de contaminación del Gran Bilbao están a la cabeza de Europa, a pesar de que las cifras oficiales están infravaloradas por métodos inadecuados de medición del anhídrido sulfuroso (SO2).
A su juicio son necesarios 13.000 millones de pesetas para emprender una primera acción correctora eficaz, pero esos préstamos no pueden alcanzarse mientras Bilbao no sea declarada «zona de atmósfera contaminada». Admitió, sin embargo, el señor Arteta que la opinión pública contempla la instalación de nuevas industrias como casos aislados. lo que puede originar algunos problemas, subsanables a su juicio.
El alcalde de Bilbao ha terciado en la polémica admitiendo que en efecto las condiciones meteorológicas han rebajado los índices de contaminación, lo que no ha impedido que se registre más de un percance.
