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Sahara: Argel espera un gesto diplomático de Madrid

El Frente Polisario está acentuando sus esfuerzos diplomáticos con el propósito de promover una nueva formulación de la postura oficial española sobre el espinoso conflicto del Sahara. Aunque no se espera en lo inmediato una modificación sustancial de las bases en que se sustenta esa política, concretamente la denuncia de los «acuerdos de Madrid», se asegura en Argel que si el gabinete Suárez hiciera un «gesto» antes de la reunión «cumbre» de Lusaka, ello pesaría favorablemente en la balanza de las relaciones entre españoles y argelinos.

Por de pronto, los «polisarios», en vísperas del envío de una representación a Madrid para celebrar conversaciones con diversos partidos políticos de la oposición, han dado a conocer su punto de vista sobre la gira europea del presidente Suárez, afirmando en un documento distribuido en la capital francesa que los esfuerzos del Gobierno español para ingresar en el Mercado Común Europeo no deben hacer olvidar la iniquidad de España con respecto al Sahara occidental, así como el «carácter ilegal y criminal» de los acuerdos tripartitos firmados por España, Marruecos y Mauritania.Desde esta orilla del Mare Nostrum, el drama saharahui aparece como la piedra de toque, según la cual, hay que juzgar al conjunto de la política africana de Madrid y, a través de ella, a las coordenadas principales de la diplomacia New look saurista. De ahí que los «polisarios» hayan considerado correcta la formulación emitida sobre el periplo del presidente del Gabinete español por la Europa comunitaria.

Tampoco ha complacido en la capital argelina la parquedad de, que ha dado pruebas Adolfo Suárez al referirse a la «mediterraneidad» específica española, cuando invocaba una próxima visita a la isla de Malta. Pero, en ese sentido, no se ha forzado la dosis para que no apareciera como una crítica personal al primer ministro hispano.

Por lo que se refiere a la «cumbre» especial de la Organización de la Unidad Africana sobre el Sahara, que tendrá lugar en la capital de Zambia, el Frente Polisario da pruebas de una gran cautela y, aunque cuenta con una victoria diplomática, ya ha advertido que esta última no debe considerarse más que el prolongamiento normal de su lucha armada.

El primer ministro de la República Arabe Saharahui Democrática, Mohamed Lamin, volvió a referirse esta semana a lo que calificó de sometimiento del ejército mauritano a manos de la oficialidad marroquí, que controlaría sus puestos claves tras el acuerdo de defensa establecido entre Rabat y Nuakchott.

Para el dirigente polisario no ofrece la menor duda que, con la entrega de los mandos militares a los marroquíes, el presidente de Mauritania. Moktar Uld Daddah, intenta consolidar su tambaleante autoridad.

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Si Mauritania aparece para el Polisario como el eslabón débil de la coalición enemiga, ello es la consecuencia directa de las afinidades existentes entre saharahuis y mauritanos que, tradicionalmente, han repudiado con el mismo brío las aspiraciones territoriales del reino alauita. De ahí que en su condena de la agresión militar perpetrada por Hassan II y Uld Daddah, el Polisario establezca cuidadosamente el matiz cuando se trata de Mauritania, a la que se estima inmersa en un proceso de descomposición militar y política.

La representación del Frente Polisario en Europa y América Latina entregó ayer a la prensa en París un comunicado militar en el que habla de la operación de «nuestro ejército popular» cerca del cabo Bojador, el pasado 24 de agosto.

Habla el comunicado de 73 soldados enemigos muertos, «un número elevado de heridos» y 18 prisioneros, entre ellos, el teniente Othman Ali, jefe del sector aéreo de El Aaiún, «que pilotaba un avión "F-5" derribado por nuestros combatientes».

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