Los parlamentarios catalanes estudian la destitución de Benet por Tarradellas

(Viene de la primera página)Esto equivale a un posible intento de sectores de izquierda catalanes de enfrentarse tanto a Tarradellas como al Gobierno, o bien discrepar del proceso negociador en curso, cuyo contenido ignoran.

El senador de la Entesa, por su parte, declaró ayer a Radio Nacional de España en Barcelona que se debe a sus electores, «por lo que el señor Tarradellas no tiene atribuciones para separarme de la comisión negociadora». En la misma emisora Tarradellas declaró sobre su decisión que en su calidad de presidente de la Generalitat «puede hacer lo que hizo».

Sin embargo, la mayoría de los dirigentes políticos catalanes evitaron ayer comentar la decisión de Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat de Cataluña, de destituir el senador Josep Benet de la comisión negociadora con el Gobierno que preside el propio Tarradellas. Este último prefirió no demorar el dar formalidad a su de cisión y optó por remitir a los me dios informativos una «orden» en la que destituye a Benet.

Decisión firme

Esta orden, redactada en un lacónico estilo jurídico dice simplemente: «Para una mejor y más eficiente acción al servicio de las libertades de Cataluña y la constitución de un Gobierno provisional de la Generalitat, he resuelto anular el nombramiento que por orden del 4 de agosto del presente año establecí a nombre del señor Josep Benet y Morell como miembro de la comisión negociadora. »La orden de Tarradellas agrega que está dispuesto a nombrar a otro senador que sea elegido por la Asamblea de Parlamentarios. La rapidez con que obró Tarradellas ratifica el carácter firme de la decisión.

Por su parte, el PSUC -partido con cuya política coincide prácticamente siempre Josep Benet- afirmó a EL PAIS, a través de su gabinete de prensa, que «no tomará ninguna decisión antes de la reunión del comité central, los próximos sábado y domingo». Dominaría en el seno del PSUC -según todos los indicios- el criterio de llevar el tema de acuerdo con la Asamblea de Parlamentarios y evitar una decisión unilateral que podría acarrear graves consecuencias a los comunistas catalanes.

El mayor interés residiría en la postura de los socialistas, en función de la evolución de sus tendencias internas.

Jordi Pujol y su partido también evitaron pronunciarse sobre el importante tema de la destitución de Benet. Un miembro del comité ejecutivo de este partido, Josep María Cullell, se limitó a manifestar a EL PAIS que «el partido siempre se ha pronunciado por el retorno de Tarradellas como presidente de la Generalitat».

Más explícito fue el diputado socialista -del PSC (ex Reagrupament)- Joaquín Arana, quien manifestó a EL PAIS que «hemos sido, somos y seremos tarradellistas».Por otro lado, uno de los seis parlamentarios -ahora cinco con la destitución de Benet- que integran la comisión parlamentaria criticó a EL PAIS en términos muy vivos la postura del senador Josep Benet, manifestando que «en la reunión del pasado lunes de la comisión negociadora se acordó que no se efectuarían declaraciones a la prensa antes de habernos entrevistado con Tarradellas»

En efecto, una de las circunstancias más curiosas del debate consiste en que precisamente hoy está previsto que los parlamentarios que integran la comisión negociadora se trasladen a la residencia de Josep Tarradellas, en el centro de Francia, para que éste les informe de sus últimos contactos con el Gobierno. A últimas horas de anoche fue absolutamente imposible saber si esta reunión en la residencia de Tarradellas se llevaría a cabo o bien se retrasaría.

Lo que sí fue posible averiguar es que en el caso de que los parlamentarios se trasladasen a la residencia de Tarradellas este último se negaría en redondo a reunirse con Josep Benet.

El tema de fondo de esta discusión es el proceso negociador llevado a cabo entre Tarradellas y el Gobierno. Respecto a este proceso es de señalar que fuentes muy próximas a Tarradellas manifestaron que prácticamente estaba ultimado el decreto que restablecería la Generalitat. Fuentes próximas a Presidencia del Gobierno coincídían con esta apreciación de Tarradellas, mientras que los parlamentarios catalanes discreparían de esta interpretación y considerarían que las negociaciones con Tarradellas habrían sido afectadas por un hipotético endurecimiento del Gobierno.

Las fuentes más optimistas, muy cercanas a Unión de Centro Democrático, señalaron que el debate terminaría de forma radical -y momentánea- si al regresar mañana Suárez tomara una decisión respecto al restablecimiento de la Generalitat. Estas mismas fuentes consideraban que tal posibilidad existía y que, en efecto, el acuerdo entre Trarradellas y Suárez estaría ya muy avanzado.

En cualquier caso, la situación ayer era de desconcierto, particu larmente en el seno de los grandes partidos catalanes. Un cuadro intermedio del PSUC, de forma irónica, precisó este desconcierto afirmando que «el próximo 11 de septiembre (festividad catalanista) la mitad de los manifestantes pueden enfrentarse con la otra mitad, unos gritando a favor de Tarradellas y otros gritando a favor de Benet, y Suárez puede estar presenciando este espectáculo desde un helicóptero».