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MUSICA

Las herencias de la Danza Nacional de Cuba

El mismo año de la subida al poder de Fidel Castro, inicia sus actividades la Danza Nacional de Cuba. Esta adjetivación de nacional, suele significar, al menos referida al ballet, explotación de lo autóctono a fin de lograr «la descolonización Cultural y contribuir al rescate y reencuentro con su propia identidad», según se nos advierte en el programa de mano de la troupe cubana.Lo autóctono, en este caso, incluye al menos tres tendencias o herencias: la española, la africana y la criolla y discurre por muy diversas vías, desde las contradanzas de salón al son, desde los estribillos de la Ma Teodora a la modernización de los ritmos en el mambo y el chachachá, desde la andalucista guajira al lamento y el danzón, desde el escultorismo baile africano a la feria colorista de las comparsas. Naturalmente, la Danza Nacional de Cuba no se limita a reproducir, sino a crear a partir de..., lo que evidentemente resulta de mayor interés, como pudo comprobarse en la Elaboración técnica, 1976, de, Petterson y Malcom, o en Sulkary, de Rivero, sobre música de un ritual yoruba. Por su parte, Leo Brouwer ha preparado un Panorama de la Música y Danzas Cubanas, 1973, con coreografía de Víctor Cuéllar, en el que resumen aire y ritmos, características e influencias del amplio repertorio tradicional cubano.

Danza Nacional de Cuba

Centro Cultural de la Villa de Madrid. Dirección general: Daniel Escudero. Coreografía: Patterson, Rolando y Cuellar. Bailarines: Alfonso, Cárdenas, Vázquez, Rolando, Mederos, Trujillo, Vázquez, Collazo, Doncel y otros. 29 y 30 de agosto.

La formación es muy valiosa individualmente y cohesionada en su conjunto, con gran dominio de técnica y un algo extraordinariamente vital en lo expresivo. Si durante la primera parte del espectáculo, la malla impone una objetividad que concentra nuestra atención en lo puramente danzable, a lo largo de la segunda (todo el ballet de Brouwer) desfilan ante nosotros diversos figurines que llegan a alcanzar su mayor feria colorista en la comparsa final.

Sería preciso citar, uno a uno, a todos los componentes de la compañía, dada la capacidad de la totalidad del elenco, compuesto por una veintena de bailarines, cuya labor se apoya en un grupo de percusión, que dirige Jesús Pérez , al que se anade, ocasionalmente, algún instrumento de afinación determinada.

El éxito más entusiasta acompañó la actuación del ballet visitante, cuyo programa fue seguido por un público que abarrotaba la sala del Centro Cultural de la Villa de Madrid o Centro Colón, como suele ser denominado en favor de una reducción del título.

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