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Irene Oliva,

«Maja de Málaga», partió ayer en dirección a Venezuela en cuya capital, Caracas, participará en el concurso Miss Bikini Internacional, un concurso más de la ya amplia lista de competiciones en las que la belleza femenina se valora en función de criterios falócratas, para mayor afrenta al feminismo mundial. La señorita Oliva es portadora de un dossier turístico completo de la Costa del Sol, de un cenachero de plata, regalo del alcalde de Málaga a la primera dama de aquella república y de 32 obsequios más para intercambiar con las restantes candidatas que participan en el certamen.

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