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La corriente unitaria de CCOO de Euskadi se autodisuelve

Ochenta miembros representativos de CCOO de Euskadi, pertenecientes todos ellos a la denominada corriente unitaria, han hecho pública una extensa carta a los afiliados a esta central sindical, en la que consideran extinguida dicha corriente, que en el caso concreto del País Vasco disputaba la hegemonía al PCE -corriente mayoritaria- en el seno de CCOO.La decisión de los «unitarios» vascos -encabezados por Juan L. Echeverría y Amalio García- supone una indudable aportación al proceso de unidad sindical, pero no ha dejado de sorprender en los medios laborales por qué se produce después de que los «mayoritarios» protagonizasen, hace unos dos meses, lo que se ha calificado como «golpe de Estado» dentro de las Comisiones Obreras de Euskadi, mediante el cual constituyeron un secretariado en el que no figuraba ningún representante de la corriente.« unitaria ».

Lo que en su día supuso un peligro de escisión -incluso se llegó a publicar que los «unitarios» estaban en contacto con el sindicato abertzale lab-parece cerrarse ahora con este acuerdo, que viene a superar las corrientes de opinión organizadas dentro de CCOO.

La razón de que los unitarios, que hace unos meses representaban prácticamente la mitad de los afiliados a CCOO en Euskadi, hayan aceptado su exclusión del secretariado habría que buscarla, posiblemente, en el temor de que dar aislados de la organización de CCOO del Estado español en el caso de que hubieran decidido escindirse.

Sin embargo, los motivos que dan los propios «unitarios» para desaparecer como corriente organizada se basan en los estatutos de la confederación, cuya estructura ya ha comenzado a configurarse.

Las diferencias que han separado a las dos corrientes existentes en el seno de CCOO nacían en los siguientes postulados, defendidos a ultranza por los unitarios: autonomía de base, de cargos sindicales y políticos a nivel de secretariado nacional, derecho de todas las corrientes de opinión a expresarse y estar representadas a niveles directivos, regulación democrática de la vía de cada confederación, y reconocimiento del carácter soberano de las distintas confederaciones de nacionalidad o región.

Pese a desaparecer como corriente organizada, dentro de CCOO, los firmantes de la carta señalan que de ello no se deriva limitación alguna en la defensa de las opiniones que hasta ahora han defendido, lo que harán en adelante, según la forma que establecen los estatutos.

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