Las cuentas de la Seguridad Social

La principal razón que oponía la Seguridad Social a la petición de los farmacéuticos de suprimir el descuento del 7,5 % que las oficinas de farmacia vienen haciendo a la misma, era que suponía unos 6.500 millones de pesetas.a) Acaba de aprobarse, en fecha relativamente reciente, según hemos podido leer en la prensa diaria , una subida de los precios de los medicamentos del 8,5 % de media, que le va a suponer a la Seguridad Social unos 40.000 millones de pesetas en el próximo quinquenio.

b) El gasto farmacéutico de la Seguridad Social. en el pasado ejercicio -que no fue en números redondos de 80.000 millones, sino de 54.000, una vez descontadas las aportaciones de beneficiarios, laboratorios y oficinas de farmacia- supuso aproximadamente el 8 % del presupuesto de la misma. Evidentemente en ocho pesetas de cada cien, no puede ahorrarse mucho -a lo sumo una o dos-, pero sí, en cambio, en las 92 pesetas restantes, que no corresponden a los gastos de farmacia.

c) Los farmacéuticos, a pesar de nuestra aportación, no gozamos de ninguna protección por parte de la SS.

d) Los farmacéuticos prefinanciamos la medicación de los beneficiarios de la SS hasta un período de dos meses, en algunas recetas, sin percibir por ello interés alguno.

-Adelantamos el dinero y además no cobramos intereses, y encima se nos exige un descuento.

e) El medicamento, con el sistema actual, le resulta a la SS a un precio de costo igual o inferior que a las oficinas de farmacia.

f) Puesto que a la SS parece serle muy necesario nuestro 7,5 propondría que a todos los asalariados de la misma se les dedujese también el mismo porcentaje de sus honorarios.

g) El libro verde de la SS editado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos sostiene que podrían reducirse un 17 % las cuotas a la Seguridad Social y al mismo tiempo, doblarse las pensiones.

Como alternativa a todo cuanto expongo, invito a la Seguridad Social a que socialice las farmacias. Que se nos indemnice por nuestras oficinas de farmacia y pasemos a formar parte del personal de la SS.

Y también que se supriman los envases grandes, de cuyo contenido el 80 % acaba en la basura. Y que los médicos de los ambulatorios hagan una jornada de siete u ocho horas, para que puedan dedicar a cada enfermo el tiempo que precise, y no tener que recetarle un arsenal de medicamentos, para con todos ellos suplir un diagnóstico que en escasos minutos no pudo realizar.