Justicia para los presos comunes
Soy la mujer de un preso común, ahora democráticamente denominados «sociales». Pero como me exasperan los cambios de denominación y soy muy amiga de realidades, me agradaría que publicase mi carta en su diario.Son los mismos los hombres de la democracia que los de la dictadura. Son personas que han mamado la dictadura de Franco, desde su más tierna edad y han colaborado en los puestos claves de la misma. Hoy se dicen demócratas y se comportan más dictatorialmente que el general al que un día con tanto entusiasmo sirvieron y del que hoy con tanto descaro renuncian.
El, Franco, cada acontecimiento histórico de cierta importancia, concedía un indulto para los presos comunes. Estos demócratas de los últimos momentos, que tanto «respetan» los derechos humanos, ante hechos históricos de tanta trascendencia como lo es el paso de la dictadura franquista, tan «vergonzosa», a la democracia y ante el hecho insólito en la historia del mundo del paso sin revolución de la odiada dictadura a la deseada y adorada democracia, no sólo no han dado la amnistía que todos solicitaban y ni siquiera un ridículo indulto como el de marzo pasado, el más insignificante de todos los que han existido en la dictadura, sino que además se ha cometido la terrible injusticia de soltar presos políticos que han cometido delitos mayores, o por lo menos iguales, que los comunes.
Yo, como esposa, temo mucho por la vida de mi marido y de cuantos se encuentran en las cárceles, ya que sé que en el próximo motín correrá la sangre.
Esperamos todos los familiares de los presos comunes, que no queremos ni nos importa un bledo que así se les llame, que el Gobierno y los políticos recapaciten un poco seriamente la situación carcelaria. Que no nos quieran tapar la boca con ese engañabobos de la reforma del Reglamento de Prisiones, ya que es un puro timo sin hechos concretos ninguno. Esperamos todos que en el más breve tiempo posible se nos haga justicia.-
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