Los presos de la banda Baader Meinhof, en extrema gravedad

Tras doce días de huelga de hambre y sed de los casi cuarenta anarquistas de la banda Buader-Meinhof, presos en Alemania occidental, la situación se presenta peligrosa.

Andreas Baader y Jan Carl Raspe, que cumplen condena de cadena perpetua en la cárcel fortificada de Stuttgart-Stammheim, perdieron esta madrugada el conocimiento y tuvieron que ser alimentados artificialmente.

Después de Gudrun Ensslin, que el miércoles fue trasladada urgentemente a un hospital de Stuttgart, los tres condenados a cadena perpetua hubieron de ser alimentados con suero.

Las otras dos presas anarquistas. lrmgart Moeller y Verena Becker, condenadas también en el proceso de Baader-Meinhoff, celebrado el pasado abril, comenzaron más tarde de su huelga de hambre.

Sólo Sabina Schmitz, la sexta de los que todavía se hallan en la prision de Stammheim, empezó a tomar alimentos desde hace unos días.

Otros cuatro presos de Stammheim fueron trasladados recientemente a Hamburgo y Munich, dado su estado crítico por la huelga de hambre. Todos ellos se encuentran bajo estricto control medico.

Denuncia de torturas

Dos ahogados del grupo Baader-Meinhof denunciaron en

París, ante la Liga de los Derechos del Hombre, «torturas y brutalidades» de las autoridades de Alemania Federal contra sus clientes.

Según los abogados Otto Schily y Hans Joacquim Weider, el extremista Gudrum Enfflin, miembro del grupo Baader—Meinhof, encarcelado en Stammheim, se encuentra al borde de la muerte.

El abogado Weider, que defiende a Siegfried Haag, afirmó que su cliente es víctima de «torturas y brutalidades», al ser alimentado por la fuerza. Ambos letrados establecieron un paralelismo entre las condiciones de detención de los miembros del grupo Baader-Meinhof y las reservadas a los antiguos nazis.