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Una empresa alemana ha comprado cien mil kilómetros cuadrados en Zaire

Un proyecto «científico-comercial» alemán despierta cada vez mayor desconfianza en determinados ambientes políticos europeos y africanos. Una empresa de la República Federal de Alemania, Transportes Orbitales y Cohetes, SA, más conocida bajo la sigla OTRAG, ha adquirido en Shaba, antigua Katanga, un territorio de 100.000 kilómetros cuadrados (equivalente a la quinta parte de toda la superficie de España) para realizar unos extraños experimentos.

La sospecha de la revista Afrique-Asie, en el sentido de que este territorio se había convertido en «un enclave alemán» altamente peligroso para los países del cinturón antirracista del cono sur de Africa, ha obligado a una primera explicación de la empresa OTRAG: se trata únicamente de un campo de experimentación «para el lanzamiento de una red de cohetes al servicio de grandes compañías multinacionales ». Además, según la propia empresa, que adquirió los terrenos poco después de la reconquista de la antigua Katanga por el presidente Mobutu, «dedicar el territorio a fines militares resultaría excesivamente caro».Con todo ha trascendido ya la inquietud de los Gobiernos de Tanzania, Angola y Zambia, que no ven clara la rentabilidad de un negocio de cohetes en el corazón de Africa. Por parte alemana, la Oficina de Finanzas de Ofenbach, con la que OTRAG mantiene contactos, ha otorgado un margen de amortización de un 275% a los, promotores del extraño proyecto, si éste se lleva a la práctica, aunque el Gobierno todavía se mantiene al margen de él y no ha concedido por el momento la asistencia económica que se había solicitado.

El objetivo último del citado proyecto parece ser la construcción de un cohete con un peso máximo de diez toneladas cuyo objetivo sería el transporte ultrarrápido de informaciones y envíos entre ciertos países y compañías. Tal ingenio tendría tambíén capacidad de alcanzar cualquier punto concreto del continente africano sin posibilidad de réplica por parte del país destinatario. Esta posibilidad es precisamente la más temida por los países en conflicto con Suráfrica y Rodesia.

Tras la primera experiencia de lanzamiento con éxito, a finales de mayo pasado, creció el interés en algunas empresas por participar en el proyecto, cuyo costo inicial se calcula en ochocientos millones de marcos (unos 28.800 millones de pesetas). Proyecto puramente comercial o también estratégico, lo cierto es que puede significar mucho para el futuro de Africa.

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