María Angeles Muñoz no entregó su hija al juez
María Angeles Muñoz no entregó su hija Yolanda, de seis años, al juez de Primera Instacia de Barcelona Andrés de Castro, tal y como éste había decidido notificar mediante providencia judicial entregada el pasado lunes. Con ello vuelve a surgir en un primer plano el caso de esta joven separada, de profesión mujer de la limpieza, que el pasado mes de noviembre ya protagonizó una serie de acciones por parte de organizaciones feministas en favor de que conservara la custodia de su hija.
El caso de Angeles Muñoz es de una notable complicación legal. La madre está ahora obligada por la autoridad judicial a entregar a su hija Yolanda al juez para que éste la coloque bajo la custodia de los abuelos paternos.María Angeles Muñoz fue acusada de adulterio por su esposo, mientras que ella acusaba a éste de homosexualidad. Pero el tema central, y la razón de la solidaridad de las feministas es, por un lado, el que la madre conserve la custodia de su hija, y que se anule la posibilidad de acciones penales entre cónyuges, por delitos que no son considerados tales en la mayoría de las legislaciones europeas.
Ayer se ignoraba el lugar de residencia de la madre y de su hija.
Ahora puede suceder, como acaeció en el pasado, que la autoridad judicial solicite la intervención de la fuerza pública. Esta sería la razón por la cual madre e hija se encuentran en un lugar ignorado.
Curiosamente, los suegros de Angeles Muñoz manifestaron su solidaridad con esta última, particularmente en relación a la defensa de la custodia de su hija.
La Asociació Catalana de la Dona había organizado, el pasado invierno, manifestaciones de miles de personas en defensa de Angeles Muñoz, caso que consideran un exponente que refleja la desigualdadjurídica de la mujer en España.
La mencionada asociación feminista catalana logró que el caso de Angeles Muñoz fuese debatido en la última sesión de la comisión permanente de la Asamblea de Parlamentarios, la cual emitió un comunicado en el que se afirma: «Ante las informaciones de un caso concreto que afecta a la situación jurídica de la mujer, la comisión permanente de la Asamblea de Parlamentarios pone de manifiesto la necesidad de modificar en profundidad la legislación vigente a fin de superar de una vez por siempre la discriminación a que se le sujeta a la mujer y como paso inmediato que se aplique la amnistía a todos los llamados delitos originados por la aplicación de la norma penal discriminatoria vigente.»
El pasado mes de noviembre la intervención de la fuerza pública -en funciones de policía judicial- no pudo poner fin al problema cuyo ámbito es otro. En concreto, el de la rápida actuación del cuerpo legislativo en un tema en el que las leyes españolas pueden perfectamente aspirar a ser consideradas las más reaccionarias de Europa, y ello en un marco social que admite situaciones y comportamientos propios de las nuevas formas de vida.El caso de Angeles Muñoz, que en una situación de igualdad jurídica tendría que haberse circunscrito a la escena meramente privada, adquiere una significación social del mayor relieve.
Su desarrollo posterior puede tener el valor de orientar a la opinión pública sobre el grado de aceptación o no de conductas que muy pocas sociedades modernas consideran delictivas.
El tema de María Angeles Muñoz se incluye en el artículo 449 del Código Penal de 1944, que revela en su redacción parte del arcaísmo conceptual que encierra al señalar que comete adulterio «la mujer casada que yace con varón que no sea su marido y el que yace con ella sabiendo que es casada, aunque después se declare nulo el matrimonio».
El adulterio se sanciona con una pena que oscila entre los seis meses de prisión menor y los seis años. La única razón esgrimida para quitarle a María Angeles a su hija se basa en el anacronismo de una ley no revisada que considera como un
valor la autoridad del marido sobre
la mujer.
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