Inquietud en Francia ante la manifestación antinuclear de hoy
Cinco mil policías se mantenían anoche en pie de guerra en Creys-Malville, custodiando el sobrerregenerador Super-Phenix, el más gigantesco de su tipo (emplea el plutonio como combustible en lugar de uranio, y sodio líquido en vez de agua como refrigerador). A, lo largo del día habían llegado a las proximidades varios millares de manifestantes, franceses en su mayoría, pero también procedentes de otros países de Europa, Alemania Federal en particular. El día anterior, el presidente de la República reiteró que «no hay otra alternativa que la nuclear para el desarrollo de Francia».
A pesar de la lluvia y de un clima casi invernal, y pese también a que las autoridades prohibieron la manifestación, el programa previsto por los antinucleares pudo realizarse ayer. En diversos puntos de los alrededores de Creys Malville se celebraron coloquios, se pronunciaron discursos y se dieron explicaciones. Teniendo en cuenta que las autoridades oficiales han anunciado que las fuerzas del orden intervendrán si los manifestantes penetran en el radio prohibido (cinco kilómetros a la redonda), estos últimos no han revelado su estrategia, pero tienen previstas tres «marchas verdes» para este domingo.
Contrariamente a lo que afirma la publicidad oficial («los ecologistas y sus seguidores representan poca cosa y este movimiento contra el Super-Phenix es importado»), veinte alcaldes y consejeros generales de la región han anunciado que hoy desfilarán en cabeza «contra el sobrerregenerador ». Más de cien periodistas, llegados de toda Europa, ya dicen bastante del temor de todos: bastaría cualquier chispazo para que la región se convierta hoy en un campo de batalla.
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